Falso documental que sigue el día a día de un grupo de vampiros neozelandeses, que tratan de adaptarse al mundo cambiante que les rodea. Durante una alocada noche, se equivocan a la hora de cenar y acaban convirtiendo a su víctima en un nuevo vampiro.
No es mucho más que una serie de sketches ridículamente alocados, y podría haber funcionado mejor como una sitcom, pero resulta sorprendentemente hilarante