Madadayo narra la historia del profesor Hyakken Uchida, específicamente de su época de jubilado. Sin embargo, Kurosawa evita la narración clásica para centrarse, a través de tres o cuatro episodios, en los sentimientos, en las emociones. Uchida ha ejercido como profesor de alemán y ha sido maestro de varias generaciones de alumnos, de padres e hijos. Tras la guerra, decide retirarse y dedicarse a la escritura. Se evita contarnos el porqué de esta decisión. De hecho, con síntesis maestra, Kurosawa plantea ya en la primera y sencilla escena las relaciones del profesor con sus actuales alumnos demostrando como Uchida controla con profesionalidad a una clase desmandada y remite los actos de los estudiantes a los de sus padres, que fueron a su vez alumnos años atrás. De tal manera, Akira Kurosawa define a Uchida como un buen profesional, de talante humanista y tutor de varias generaciones (¿podríamos definir así al propio Akira?). Los alumnos, emocionados, le saludan con respeto al acabar la última clase. |