Cuando era pequeña, Raquel no podía entender por qué en todas partes se hablaba de amor: en la radio de casa, en la tele, en las películas del sábado por la tarde y, sobre todo, en las canciones. Y pensaba qué pasaría si no encontraba a nadie que la quisiera. Ahora Raquel se va a vivir con Tomás. Deberá plantearse qué está dispuesta a hacer por amor y descubrirá lo bonito y difícil de querer a alguien de verdad.
El minimalismo como virtud. (...) Roser Aguilar aúna tantas virtudes que es difícil resumirlas. (...) buen guión (...) y el mandamiento sagrado de pensar en el público antes que en uno mismo.
Un bello ejercicio de honestidad narrativa que se apoya en una puesta en escena más que correcta (...) sobre un guión arriesgado, que se crece a medida que avanza, y sobre el trabajo superlativo de la actriz Marián Álvarez
La película arranca mal (...) En cambio, en la segunda mitad, la impresión de vacío está narrada de forma mucho más sutil y convincente (...) una ópera prima decepcionante, pero en modo alguno despreciable.