Pablo y Blanca se inician en el intercambio de parejas desobedeciendo la primera regla fundamental: no hacerlo si el matrimonio está en crisis. Para ello, contactan con dos de sus amigos solteros, Mia y Lucas, desobedeciendo también la segunda regla: hacerlo siempre con otra pareja. Los cuatro han quedado para encontrarse en un bar, sin embargo, Blanca y Pablo tienen una fuerte discusión que les hará plantearse todo en lo que siempre han creído: desde si se quieren hasta por qué tienen una Thermomix. Mientras tanto, Mia y Lucas se acaban de conocer en el bar y han empezado a gustarse. Pero la cosa no tiene futuro porque Lucas está enamorado de otra persona (o no) y Mia no cree en el amor (o sí).
Entretenida y procaz comedia (...) sorprendente en su planteamiento y desarrollo (...) equívocos, confesiones y enredos bastante bien traídos, por lo general. Gratificante, pero no del todo macerada.
El planteamiento del guion es simplón (...) Pero el desarrollo tiene su interés (...) Los diálogos (...) tienen una blancura primaria en lo emocional. Los actores están a la altura de sus personajes
La debutante pareja a la dirección se esfuerza en una comedia tan lenguaraz como procaz. Digamos que la falta de ritmo la suple el atrevimiento, el sexo y las palabras acabadas en az.