Rocky Balboa tuvo que abandonar su carrera pugilística a causa de los daños cerebrales sufridos en su enfrentamiento con el boxeador soviético Ivan Drago en la cuarta película de la serie. Tras regresar a Philadelphia, Rocky y su esposa Adrian descubren que están arruinados por culpa de un incompetente contable. Obligado a regresar a su humilde barrio de origen, Rocky se encuentra con que su única oportunidad para vivir dignamente es el gimnasio que le legó su viejo entrenador, Mickey Goldmill. |