Ángela y su hijo Guille viajan a la gran ciudad debido a la repentina enfermedad de Leo, su padre y abuelo del chaval. Pero cuando llegan, Leo acaba de morir. Charo, la amante del finado, es la que pone al día a Ángela sobre el ruinoso negocio familiar: un local en el que se alinean siete mesas de billar francés. La única solución que encuentra Charo para pagar las deudas es vender. Poco más tarde, Ángela recibe la noticia de que su marido ha desaparecido en extrañas circunstancias. Viéndose obligada a reconstruir su vida, lo primero que decide es gastar sus ahorros para volver a poner en marcha el viejo local de las siete mesas. |