A principios de 1972, primero la opinión pública estadounidense y después la de todo el mundo, sufrió una auténtica conmoción al descubrirse que la sede central de la Campaña Electoral del Partido Demócrata, sita en el edificio Watergate, había sufrido un meticuloso espionaje, y existían graves sospechas de que el origen de toda la operación pudiese estar localizado en la propia Casa Blanca. |