Frank Martin es el transportista mejor dotado que el dinero puede comprar. Sus reglas son simples pero efectivas: el trato nunca se cambia, los nombres nunca se mencionan y el paquete nunca se abre. Pero cuando Frank acepta el encargo de Anna y sus tres secuaces, se da cuenta demasiado tarde de que está siendo utilizado. Frank tiene que hacer frente a unos mafiosos rusos o, de lo contrario, su padre morirá. La acción se pone en marcha en la Riviera francesa. |