Michal tiene 32 años. Se convirtió a la religión hace 12, pero recién ahora está por casarse. Un mes antes de la boda, mientras se encuentra buscando una empresa de catering para el evento, el novio decide cambiar de parecer y cancela la boda. Michal siente que no podrá regresar a su vida ordinaria ni mucho menos a volver a salir con hombres. Siente que es momento de cambiar algo de su personalidad. Así, decide creer que Dios es bueno y dulce, y que está dispuesto a darle lo que ella necesita siempre y cuando lo desee. Michal, entonces, decide continuar con los planes durante el mes que falta para el gran día: "Tengo el local, el vestido, el departamento; Dios puede tranquilamente encontrar un novio para mí". |