Orgullo de las victorias de Napoleón, el Arco de Triunfo, cuya primera piedra se colocó en 1806 en lo alto de los Campos Elíseos, es, junto con la Torre Eiffel, uno de los monumentos más visitados de la capital francesa. Buscado por un emperador, inaugurado bajo el reinado de un rey (Luis Felipe) y santificado por la República, este templo patriótico polariza las pasiones de toda una nación. Un retrato histórico antes del "packaging", que está plagado de anécdotas y detalles insospechados.
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