Kazajstán tiene una antigua tradición de que todo niño kazajo mayor de cinco años debe ser circuncidado en otoño. Esta ceremonia tradicional tiene un significado simbólico de que un niño está a punto de convertirse en hombre. Esta historia trata sobre un joven kazajo que llega a la casa de su abuelo en las praderas de las zonas pastorales con su familia y realiza la tradicional ceremonia de circuncisión. Durante el proceso, siente miedo al descubrir que se trata de una cirugía médica. Aunque intenta huir de ello, finalmente realiza la ceremonia. Con los cambios fisiológicos, su carácter y sus pensamientos cambian y está en su camino hacia la edad adulta…
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