La Tierra es un lugar encantado entre los dos mundos; vivos y muertos, donde convergen historia y mitología. Este territorio llamado Krajina, que significa "frontera" o "el borde", es la tierra entregada por el emperador Habsburgo en el siglo XVII a los refugiados serbios de todos los Balcanes para que se establecieran y defendieran la frontera del imperio otomano. Hoy en día, formalmente parte de Bosnia y Herzegovina, esta tierra sigue siendo la línea imaginaria entre las dos civilizaciones, entre el este y el oeste. Es un espacio hechizado, un universo distópico donde los fantasmas regresan de todas las batallas pasadas.
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