Crítica de Alcarrás, un conmovedor homenaje a las tradiciones que desaparecen

¿De qué trata?

"Alcarràs" de Carla Simón comparte su nombre con el pequeño pueblo catalán donde sus padres cultivan melocotones, y -al igual que su nostálgica ópera prima, "Verano 1993"- resulta muy instructiva. Un grupo de personajes memorables componen el retrato, libre de sentimentalismos, de una familia que está a punto de perder su granja y la identidad que ha arraigado en ellos tras muchas décadas de arraigo. En el fondo estamos ante una historia sobre la tierra que se mueve bajo sus pies y que se plantea la cuestión de en quiénes se convertirán una vez que se vean obligados a abandonarla.

La finca pertenece a una familia adinerada que se la ofreció a los Solés en agradecimiento por haberlos protegido durante la guerra civil, pero la última generación de Pinyol no se siente obligada a cumplir ese pacto de caballeros, no cuando la gran agricultura ha hecho insostenibles las pequeñas explotaciones y ha obligado a bajar tanto el precio de la fruta que Joaquim Pinyol (Jacob Diarte) ha decidido desenterrar sus árboles y cambiarlos por paneles solares  para hacer la mitad del trabajo por el doble de beneficio durante el tiempo que dure ese acuerdo.

Personajes

	Quimet Protagonizado por Jordi Pujol Dolcet El osado Quimet sigue con la cosecha lo más estoicamente que puede mientras los hermanos y los cónyuges también intentan mantener la normalidad, conscientes de que este verano será el último.
	Dolors Protagonizado por Anna Otin La esposa de Quimet, que intenta mantener unida a la familia, cariñosa pero pendenciera, al igual que su hermana Glòria.
	Mariona Protagonizado por Xènia Roset La petulante hija que ensaya una rutina de baile sexy con sus amigas para actuar en la fiesta del pueblo.

Dirección

Carla Simón trufa esta encantadora película con elementos semiautobiográficos, algo que le confiere una enorme credibilidad pese al componente casi amateur de sus intérpretes.

¿Merece la pena verla?

Esta película es una elegía por una forma de vida que se ha ido perdiendo desde antes de que naciera la última generación de la familia Solé, y rinde homenaje a esa tradición con una gracia lastimera que reafirma la capacidad única del cine para devolver el pasado al presente, y entregar el presente al pasado.

Lo mejor

La película resulta conmovedora cuando se detiene en la impotencia de sus personajes.

Lo peor

A veces, la película es tan pausada que parece que va a durar una eternidad.

Nota