Crítica de 'Black Phone'

¿De qué trata?

Dado el currículum en cine de terror del director Scott Derrickson ("El exorcismo de Emily Rose", "Sinister", "Líbranos del mal"), a priori uno esperaría un toque de maldad sobrenatural y, aunque aquí tendremos algunos fantasmas, el monstruo en este estremecedor thriller - basado en un relato corto de Joe Hill, el hijo de Stephen King - es de carne y hueso.

El malo es conocido simplemente como "El Capturador", un ladrón de niños psicópata de la clase que uno se encuentra en las leyendas urbanas y las portadas de los periódicos. Conduce una furgoneta negra llena de globos negros, se autodenomina mago a tiempo parcial y atrae a los niños para que charlen con él en la acera ofreciéndoles un truco de magia, antes de noquearlos con una especie de aerosol y llevárselos. Cuando comienza la película, ya lleva un tiempo en el negocio. Hay carteles de niños desaparecidos por todo este suburbio de Denver, y todo el mundo conoce sus nombres.

'Black Phone' se centra en la última víctima del Agarrador, el estudiante de secundaria Finney Blake (Mason Thames), y sus esfuerzos por escapar. Finney, que está encarcelado en un búnker insonorizado bajo la casa del Capturador, descubre una grieta entre este mundo y el reino de los espíritus, a través de un teléfono roto cuyos cables cortados no deberían dar un tono de llamada. Con quién se comunica Finney, y lo que aprende de ellos, son los placeres que el espectador irá descubriendo a lo largo del rompecabezas que compone esta esta película.

Ethan Hawke, que ya colaboró con Derrickson en "Sinister", da vida al monstruo cuyo rostro completo está casi siempre oculto. Su interpretación da tanto miedo por sí misma que las máscaras que lleva acaban por parecer un añadido innecesario.

Personajes

Dirección

Scott Derrickson amplió la historia de 7 páginas de Hill, pero también tomó el concepto básico y lo hizo suyo. El material -un niño médium, fantasmas, nostalgia, un asesino psicópata de niños- tiene una clara reminiscencia de las novelas de Stephen King, concretamente de It. Sin embargo, el director dota de mayor trasfondo a los personajes, añade otros nuevos e introduce temas y lugares con resonancia personal - durante la promoción de la película, el director habló sobre su dura educación, marcada por el bullying y la violencia -.

¿Merece la pena verla?

Es refrescante ver una historia de terror autocontenida para variar, sin sub-argumentos que preparen la secuela ni últimos susto en los créditos finales. También se agradece que el realizador evite la exposición innecesaria (uno de los peores vicios del cine actual) y confíe en que el espectador será capaz de hacer las conexiones por sí mismo.

Mientras que el cine de Blumhouse suele ser bastante impersonal a nivel de realización, aquí Derrickson consigue dotar a la película con una pasión que mejora el material original de Hill.

Lo mejor

Las interpretaciones del elenco, en especial el espeluznante villano de Ethan Hawke, que hace un trabajo realmente intenso con su personaje.

La película va directamente al grano, sin perderse en detalles. La falta de trasfondo de los personajes es aquí una virtud: mientras menos sepamos de una amenaza, mayor será el miedo que nos infunda.

Lo peor

Las escenas en las que Finney habla con diferentes víctimas por teléfono acaban por volverse repetitivas según avanza la película.

Nota