Crítica de Stranger Things 4

¿De qué trata?

Una de las principales consecuencias de haber tenido que esperar tres años para estrenar la nueva temporada de Stranger Things de Netflix, es que los niños de Hawkins han crecido de forma incómoda. Son más altos y larguiruchos. Todos han salvado el mundo y se han enfrentado a monstruos en varias ocasiones, pero nada se compara con el reto que supondrá para ellos sobrevivir al instituto.

A medida que los personajes y los actores de la serie más exitosa de Netflix han madurado, también lo ha hecho la propia serie. La cuarta temporada tiene una trama con un ritmo estupendo y alcanza un nuevo nivel de sofisticación en sus aspectos técnicos y creativos. La idea subyacente de la nueva temporada es que crecer es una mierda, y todos tenemos que hacerlo.

La idea no es nueva. Puedes ver una película de John Hughes y quedarte con el mismo mensaje. Pero Stranger Things cuenta esta historia de una manera muy perspicaz.

Han pasado varios meses desde que un monstruo araña gigante arrasara el centro comercial y nuestros héroes se han separado. La enigmática Eleven (Millie Bobby Brown), que por fin domina la comunicación humana verbal, se ha trasladado a California con Will (Noah Schnapp) y su familia. Aunque el sol brilla más y el aire es más seco en la costa oeste que en el medio oeste de Indiana, los niños siguen pasando frío. Eleven es acosada sin otra razón que la de ser un blanco fácil, mientras que algunas pistas nos indican que Will se está cuestionando a sí mismo en niveles más profundos.

Mientras tanto, en casa, el resto de la pandilla también está a la deriva. Mike (Finn Wolfhard) y Dustin (Gaten Matarazzo) han encontrado una pandilla de frikis a los que también les encanta el heavy metal y Dragones y Mazmorras, liderados por Eddie Munson (Joseph Quinn), un excéntrico personaje con chalecos vaqueros y cuero tachonado. Lucas (Caleb McLaughlin) también ha encontrado a los suyos en el equipo de baloncesto del instituto. Max (Sadie Sink) se encuentra casi sola, abandonada a su suerte por la pérdida de su hermano.

La sección más veterana de los personajes, Jonathan (Charlie Heaton), Nancy (Natalia Dyer), Steve (Joe Keery) y Robin (Maya Hawke), recibe menos atención en la narrativa. Todos ellos se encuentran en la encrucijada entre lo que han dejado atrás y lo que les espera por delante como jóvenes adultos en la universidad. (Excepto Steve, que está muy agusto rebobinando cintas de Fast Times en el videoclub). Caso aparte es el Hopper de David Harbour, que se encuentra en una remota prisión rusa.

Stranger Things no sería Stranger Things sin no hubiese un monstruo. Esta temporada, se llama Vecna, y a diferencia de años anteriores, Vecna es inteligente, más que los terrores bestiales, tipo Lovecraft, que habíamos visto hasta ahora. Vecna sabe quiénes son estos niños y sabe cómo torturarlos psicológicamente. Su reino del terror desata la histeria en Hawkins con evocaciones inconfundibles del pánico satánico de la época.

Estos siete primeros capítulos de la primera parte de la temporada son muy completos, no sólo en cuanto a la historia, sino también en cuanto a la duración.Todo lo que sale tiene su importancia, mayor o menor y nada es gratuito. Este tiempo añadido a los episodios parece beneficiar a la serie con una narración más cuidadosa.

El impresionante despliegue técnico con ángulos de cámara y movimientos inclinados, incluyendo una inspiradísimo plano secuencia durante un tiroteo, se hace eco de las inconfundibles fuentes de inspiración de terror de serie B de la serie sin que se llame demasiado la atención. Puede señalarse esta o aquella referencia a Carrie o Pesadilla en Elm Street (por cierto, Robert Englund está genial en su cameo) pero sigue habiendo originalidad en la serie.

En varios aspectos, la cuarta temporada es como una reencarnación de la primera. Esa habilidad con la que la primera temporada casaba las novedades de su ambientación de época y sus inspiraciones temáticas -desde las obras de Stephen King hasta las de John Carpenter- vuelve a sentirse de nuevo en la cuarta temporada. (De los maestros del género a los que rinde homenaje esta vez, su mayor deuda es con el difunto Wes Craven).

Personajes

Dirección

Rebecca Thomas realiza un gran trabajo con la puesta en escena y el ritmo de la serie es envidiable, consiguiendo que nunca caiga a pesar de la notabloe duración de cada episodio.

¿Merece la pena verla?

La cuarta temporada es más completa que las temporadas 2 y 3, que se vieron afectadas por las expectativas de volver a capturar la magia de la primera. Más dinero en el presupuesto no siempre equivale a una mejor producción, pero la serie ha hecho buen uso de su asombroso presupuesto de 30 millones de dólares por episodio. No sé cuánto se ha invertido en efectos visuales pero Vecna es un espectáculo impresionante.

Lo mejor

Las interpretaciones -sobre todo las de David Harbour, Millie Bobby Brown y Sadie Sink- son de primera categoría, el nuevo villano Vecna es realmente aterrador y hay algunos efectos especiales magníficos.

Lo peor

La cuarta temporada de Stranger Things es más de lo mismo, aunque resulta difícil culpar a la serie por querer darnos más porque la fórmula que han creado funcione tan bien. Los personajes son tan carismáticos y bien creados y las peripecias que sufren del Upside Down son tan entretenidas, que han hecho prácticamente la misma versión durante cuatro temporadas seguidas con un éxito muy merecido.

Nota