En una era de máxima vigilancia mediática, Hollywood ha redefinido sus límites, y el juicio más temido por una celebridad ya no es el de la corte, sino el de la opinión pública y los grandes estudios. Una reciente investigación expone cómo figuras icónicas han sido fulminantemente apartadas de la industria tras enfrentar escándalos y acusaciones legales, demostrando que el daño reputacional es a menudo irreversible.

El aclamado actor y ganador del Oscar, Kevin Spacey, experimentó un colapso profesional casi instantáneo tras ser acusado de agresión y acoso sexual por múltiples hombres. Las consecuencias fueron drásticas: fue despedido de House of Cards y eliminado por completo de la película Todo el dinero del mundo, enfrentando desde entonces un ostracismo casi total en la industria.

El exproductor Harvey Weinstein es la figura central del movimiento #MeToo. Tras ser expuesto por múltiples acusaciones de abuso y violación sexual que se remontan a décadas, fue expulsado de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas y condenado a prisión. Su caso simbolizó la caída del sistema de encubrimiento en Hollywood.
Johnny Depp

La carrera de Johnny Depp se vio gravemente afectada tras su mediático conflicto legal con su exesposa, Amber Heard, que incluyó acusaciones de violencia doméstica. A pesar de haber ganado posteriormente un juicio por difamación en EE. UU., el daño inicial le costó papeles importantes en grandes franquicias como Animales Fantásticos y Piratas del Caribe, evidenciando el peso de la opinión pública.

El actor Armie Hammer vio su carrera estancarse tras enfrentar serias acusaciones de abuso, comportamiento sexual inapropiado y canibalismo. Aunque muchas de las denuncias no se tradujeron en cargos penales o condenas, el escándalo público y la filtración de supuestos mensajes privados provocaron que fuera despedido de varios proyectos, quedando marginado de Hollywood.

Ezra Miller, estrella de The Flash y la franquicia Animales Fantásticos, ha sido objeto de múltiples controversias que incluyen arrestos por alteración del orden público y acusaciones de agresión. Si bien el estudio mantuvo su proyecto principal (The Flash), la constante sucesión de incidentes y problemas legales generó gran preocupación y puso en duda su futuro dentro de las grandes producciones de Warner Bros. |