La saga de Rocky es una de las más icónicas de Hollywood y una de las películas de acción más famosas de todos los tiempos. Fue escrita y protagonizada por Sylvester Stallone, y uno de los personajes más importantes de la película fue Mickey Goldmill, el entrañable entrenador de Balboa.
Burgess Meredith fue el actor elegido para interpretar al hombre que guiaría a Balboa hacia el éxito. Desde el primer día en que se conocieron, Stallone se dio cuenta de que Meredith era el actor perfecto para el papel de Mickey. Su intuición se fortaleció cuando el anciano le dijo sin rodeos: "Tengo experiencia con el dolor, lo he sentido", y demostró su disposición para participar en la película al deformar su nariz y cambiar su voz para estar a la altura de su personaje. Antes de trabajar con Sylvester Stallone, Burgess Meredith tuvo una vida difícil, sobreviviendo a través de diversos empleos. No sería hasta 1932 cuando decidió probar suerte en el mundo de la interpretación, y apenas un año más tarde, conseguiría el papel principal en la obra de teatro "Little Ol 'Boy".
A partir de entonces, se dedicó a cautivar a la audiencia tanto en el teatro como en Hollywood, interpretando personajes dinámicos que iban desde villanos hasta héroes. Sin embargo, su próspera vida se vio interrumpida por la llegada de la Segunda Guerra Mundial.
Después de servir en la armada estadounidense, Burgess obtuvo una licencia para actuar en "The Story of GI Joe" y, en la década de 1960, se transformó en el inolvidable Pingüino en la serie televisiva de Batman protagonizada por Adam West. En 1994, Burgess Meredith publicó sus memorias en el libro "So Far, So Good", un año antes de su fallecimiento el 9 de septiembre de 1997. Definitivamente, fue un actor que tuvo una vida difícil y complicada, y su experiencia con el dolor y su pasión por la actuación lo convirtieron en el entrenador perfecto para Rocky Balboa, un legado que sigue vivo en la memoria de los fanáticos de la saga. |