La legendaria actriz francesa Catherine Deneuve, a sus 80 años, se reinventa en la pantalla grande con su nueva película “Spirit World”, desafiando los estereotipos que han marcado su carrera. Recientemente, Deneuve asistió a la 71ª edición del Festival de Cine de Taormina, donde fue reconocida con el Taormina Achievement Award, un galardón que celebra su extensa y aclamada trayectoria en el cine.
En una entrevista exclusiva con Vanity Fair, Deneuve compartió aspectos íntimos de su vida, reflexionando sobre el paso del tiempo, la justicia y el papel de las mujeres en la industria cinematográfica. Durante su presencia en el festival, la actriz se mostró cercana y espontánea, conversando en italiano y recordando su amor por Italia, un país donde ha trabajado en numerosas ocasiones.

“Amo profundamente Italia. Me gusta la gente, la cultura, la lengua... todo menos la política”
bromeó, mientras rememoraba su relación con el icónico actor Marcello Mastroianni, padre de su hija Chiara Mastroianni.
En “Spirit World”, Deneuve encarna a una cantante que explora la conexión entre vivos y muertos desde la perspectiva cultural japonesa. La actriz comentó que en Japón se cree que los difuntos pueden visitar a los vivos únicamente durante el verano. “Siempre me gustaron Japón y el cine japonés,” expresó, y destacó que su personaje enfrenta el paso del tiempo, aunque no comparte la visión de que arte y vida familiar son incompatibles.
“No se trata de conciliar, sino de saber tomarse tiempo para uno mismo, para la familia, para los amigos,” afirmó.
Uno de los temas centrales de la entrevista fue el desafío que representa envejecer como actriz. Deneuve subrayó que mientras para los hombres el envejecimiento no es un obstáculo, para las mujeres en la actuación es más complicado. “Si soy abuela en la vida, también puedo serlo en el cine, pero una abuela que vive con un hombre y no solo hace mermeladas,” comentó con ironía.

Durante la conversación, Deneuve también abordó su relación con la etiqueta de “diva”, la cual considera injusta. “Es un término que a menudo significa caprichosa, egocéntrica. Yo nunca fui así. Siempre tuve familia, amigos, relaciones,” manifestó. Aunque mantuvo cierta reserva sobre su vida personal, describió su vínculo con sus hijos, especialmente con Chiara, como cercano.
La actriz expresó su admiración por cineastas italianos como Alice Rohrwacher y Marco Bellocchio, y mostró interés por la salud de Nanni Moretti. Entre los personajes históricos que le hubiera gustado interpretar, Deneuve mencionó a Catalina la Grande, describiéndola como una figura
“poderosa, culta y fascinante”.
Reconocida por su elegancia y su imagen sofisticada en el cine francés, Deneuve ha mantenido un compromiso activo en causas sociales y culturales. A lo largo de su carrera, ha defendido la libertad de expresión y la autonomía artística, convirtiéndose en una voz relevante en debates públicos. Esta dimensión comprometida de su figura refuerza su legado más allá de la pantalla.
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