Jaime Zatarain es un actor cántabro que ha participado en musicales tan conocidos como Mamma Mía, El Rey de Bodas, 40 El musical, Más de Cien Mentiras o Prisicilla, Reina del Desierto. Sin embargo su fama entre el gran público le llegó cuando apareció en la serie 'La cocinera de Castamar'.
El origen de su vocación
Su vocación le surgió desde muy pequeño: veía a su hermana hacer ballet clásico en el salón de casa y empezó a obsesionarse con ello al ver cómo intentaba domar sus zapatillas de punta. Cuando le dijo a su padre que quería hacer lo mismo que su hermana, éste le respondió: "Eso es de niñas, déjate de chorradas y métete a hacer natación o karate".
Sus inicios en Nueva York
Tras un primer paso por Madrid, se marchó a Nueva York, donde consiguió una beca y acabó trabajando en el musical de Broadway 'Paint Your Wagon'. Cuando aquello se acabó, tuvo que volver a Madrid y, para no caer en el cliché de actor-camarero, decidió montar un one-man-show para esos restaurantes que incluyen cena y espectáculo.
Performances en restaurantes
Ataviado con una ropa diseñada por su amigo Roberto Diz hacía performances ambigüas con canciones de Björk y vestidos y tacones.
Vestidos y tacones
Su experiencia con vestidos y tacones, le fue de gran ayuda para el casting de 'Priscila, reina del desierto'. Compitió contra un montón de actores famosos y, contra pronóstico, se hizo con el papel, pese a que él mismo pensaba que lo querían como sustituto.
Su primer papel importante fue un desastre
Su primer trabajo importante en una serie fue en 'Dreamland' de Cuatro, pero aquello salió mal: a mitad de rodaje se quedaron sin dinero y las escenas se rodaban sin guion. Lo peor llegó cuando se estrenó: habían borrado todas sus escenas.
Su éxito en los escenarios fue un freno para actuar
Tras encadenar el éxito con varios musicales a lo largo de toda una década, no sería hasta los 41 años en que le llegaría el largamente esperado salto a la gran pantalla con 'El reino', la película de Rodrigo Sorogoyen.
Papeles pijos
Jaime Zatarain siempre encuentra irónico el hecho de que sus papeles en cine suelan ser de tipos que lo han tenido facil en la vida, algo muy alejado de su verdadera experiencia personal.
Cuidar la voz es su obsesión
Jaime asiste a clases semanales con su coach Mamen Márquez, e intenta dormir 8 horas y no trasnochar mucho. Es algo supersticioso: antes de salir siempre hace el mismo ritual, un breve calentamiento vocal de diez minutos.
|