El actor australiano Hugh Jackman, conocido por su papel de lobezno en los X-Men, ha decidido poner a la venta su preciado tríplex de Nueva York. El artista y su esposa Deborra-Lee Furness han vivido regularmente en esta propiedad durante más de una década e incluso han criado a sus hijos en ella.
Una buena inversión
Según consta en los registros, la pareja se hizo cargo de la casa en 2008 por 21 millones de dólares (unos 20,1 millones de euros al cambio). Ahora lo han lanzado al mercado por 38,9 millones de dólares (unos 37,2 millones de euros).
Si consigue venderla a ese precio, el beneficio para el artista sería bastante considerable.
La ubicación de la propiedad
La propiedad está ubicada en el prestigioso edificio conocido como Meier South Tower, en West Village (Manhattan).
Una torre que fue diseñada por el arquitecto ganador del Premio Pritzker, Richard Meier.
Además es el único apartamento que tiene interiores diseñados por el mismo arquitecto, según explica la agencia inmobiliaria.
Este es el tríplex de Hugh Jackman
La casa que ocupa las plantas 8, 9 y 10 del conjunto tiene 1.022 metros cuadrados y dispone de cinco dormitorios, cinco baños completos y dos aseos.
Los aspectos más destacados incluyen techos altos y grandes ventanas del piso al techo que brindan vistas espectaculares del río Hudson y la Estatua de la Libertad, así como mucha luz natural en los interiores.
En la octava planta hay cuatro dormitorios, un salón de recreo y una biblioteca, estancia que podría convertirse en otra habitación de invitados.
Llama la atención su moderna decoración en tonos claros, que contrasta con las coloridas obras de arte que cuelgan de sus paredes.
Por su parte, el noveno piso alberga un amplio comedor, una oficina y una cocina gourmet profesional con acabados en mármol, electrodomésticos de alta gama y una gran isla con barra.
El décimo piso está dedicado exclusivamente a la suite principal, un espacio que incluye un estudio, un área de ejercicios, un vestidor y un baño con dos lavabos, una bañera profunda y una sauna.
Todos los pisos tienen su propia terraza y están conectados por una escultural escalera de caracol.
Quien sea dueño de la propiedad también disfrutará de los servicios que ofrece el edificio, como un portero de tiempo completo, conserjería, un gimnasio y el restaurante Perry Street de Jean George Vongerichten.
Además, solo hay diez apartamentos en el bloque, por lo que la privacidad está asegurada.
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