El modelo y cineasta Pietro Ditano, es hijo de padre italiano y madre gallega, y con solo diecinueve años anhelaba más que nada convertirse en top model.
Hasta que por cosas del destino, al que él llama ahora «Providencia», le devolvió a sus estudios universitarios de Comunicación Audiovisual.
Su gran estreno
Hoy en día Pietro es un joven director de cine que estrena su primera película «El beso de Dios» este viernes en numerosas salas de España y que ya ha firmado su distribución en más de veinte países.
Un destacado filme que cuenta con la música de Andrea Bocelli y la participación destacada de Pietro Sarubbi, el actor que interpretó a Barrabás en «La Pasión» de Mel Gibson, y su homólogo mexicano Eduardo Verástegui («Bella» y «Little Boy»), el filme, que también esta escrito por Ditano, se perfila como uno de los grandes estrenos del cine con valores en España.
Su exitosa carrera como modelo
Mientras estudiaba, Pietro se dio cuenta del valor de su aspecto físico. Hombros, pecho y abdominales bien marcados, cintura estrecha, peinados a la última, eso le llevo a probar suerte en el mundo de la moda, tal y como contó en una entrevista.
«Quería ser top model, tener éxito sin importarme los demás. Buscaba solo el reconocimiento propio y el dinero», admite.
Pero su vida no transcurrió como esperaba. La casualidad, o más bien la causalidad le disuadió de su codiciada meta. Recuerda así, agradecido, el día en que debió trabajar muy duro para una campaña publicitaria de Springfield que habría disparado su caché en España. Le pagaron muy bien por su trabajo, pero al final no salió. ¿Por qué…? Eso mismo estuvo preguntándose él durante un tiempo, hasta que al final lo comprendió.
«Entendí también por qué tampoco salió el reportaje en Nueva York para una marca de ginebra. Cuando ya habíamos hecho todas las fotos para la revista ‘’Man’'’, ésta cerró antes de que pudiera publicarse».
Constituía un misterio inexplicable para Pietro entonces comprobar cómo una y otra vez, cada vez que estaba a punto de dar un salto decisivo en su carrera de modelo, se le cerraban las puertas.
«Me sentía un fracasado, porque lo veía todo desde una perspectiva exclusivamente humana. Hasta que Dios irrumpió en mi vida y la cambió por completo...».
Un fiel devoto
Aunque criado en el seno de una familia católica, no había sido capaz de profundizar en el mensaje de Jesús y buscó calmar su sed existencial en otras fuentes.
«Mi falta de conocimiento de Dios me mataba. Vivía para lograr metas sin tener presentes a los demás. Era egoísta».
La confesión sincera de Pietro le condujo hasta la verdadera fuente de vida. No le da así hoy vergüenza proclamar que está enamorado de Jesucristo y que por Él o, mejor dicho, gracias a Él ha sido capaz de terminar una película que estuvo estancada dos años. Un verdadero sueño hecho realidad. | 
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