¿Qué sucedió en el programa de ayer? ¿Hubo algún flechazo inesperado? ¿O tal vez alguna cita no funcionó como esperaban? ¡Sigue leyendo para conocer todos los detalles!"
Susana y Alberto
Susana ha entrado en ‘First Dates’ derrochando luz y alegría. Se define como una mujer vital, cantarina y muy ‘Living la vida loca’, le gusta exprimir cada minuto y no para de cantar. Alberto su cita se ha presentado como un tipo divertido que anima las fiestas y al verle, Susana se ha puesto muy contenta porque tenía las canas que esperaba.
Alberto le ha contado a Susana que le gustaba viajar y la playa, a ella el mar le vuelve loca y sobre todo, los barcos y los cruceros. Tiene la sensación de que necesita un hombre con barco a su lado y le ha preguntado dos veces a su cita si él tenía barco. Alberto le ha dejado claro que él no tenía barco y que fumaba. A Susana eso no le ha gustado nada y menos saber que se fumaba un paquete diario. Además, Alberto también le ha dejado claro que a él los animales no le gustaban nada y que no quería ningún tipo de mascota.Susana estaba intentado disimular, pero no daba crédito porque a ella le encantan los perritos y cree que son más cariñosos que cualquier persona.
Susana no mentía al decir que le gustaba un foco y una lentejuela. En mitad de la cena se ha convertido en la mismísima Marilyn Monroe y ha dejado a Alberto sin palabras. A la soltera le encanta hacer imitaciones y es una apasionada de la sensualidad y las curvas de Marilyn. El soltero no podía creer lo que estaba viendo y ha terminado de rodillas y besando la mano de su cita. Ante de cantarle la canción del beso, Susana ha querido gastarle una bromita a Alberto y ha empezado a hacer el sonido de un gato. Los dos se han sorprendido mucho y ella ha bromeado con la posibilidad de que apareciera el animal de repente.
En el momento de la decisión final, Alberto ha sido muy sincero y le ha dicho que le había encantado la cita y sobre todo su actuación de Marilyn. Ella se ha sentido halagada pero le ha dicho que le había faltado arranque y coraje. Él se lo ha tomado muy bien y le ha dicho “ya caerás”, algo que Susana no sabe si sucederá o no “¿Tenemos que preguntarle a Marilyn?”.
Víctor y Desirée
Desirée es bisexual y se dio cuenta a los 14 años dándose besitos inocentes con su mejor amiga. Está estudiando maquillaje, caracterización y efectos especiales porque siempre le ha apasionado el cine. Víctor, su cita, es un apasionado de los videojuegos y pasa su tiempo libre jugando o viendo como otros juegan y quiere estudiar un máster de ciberseguridad.
La joven le ha contado a Víctor que compone canciones, pero que no sabe tocar ningún instrumento, que le gustan visitar sitios abandonados y escribir historias sobre todo. Él ha sentido que tenían muchas cosas en común porque él toca la batería, visitaba lugares abandonados de pequeño y también le dio una temporada por escribir mini cuentos.
Eso sí, cuando Desirée le ha dicho que era de Cantabria, él se ha quedado igual “no sé dónde está”, menos mal que al saber que estaba cerca de Bilbao se ha orientado un poquito. A ella le ha parecido muy interesante que Víctor quisiera estudiar ciberseguridad porque no había conocido a nadie interesado en ese tema y él ha flipado al saber que ella estaba estudiando maquillaje y efectos especiales, le mola el rollo del coldplay y lo de maquillarse le cuesta muchísimo.
En el momento de la decisión final, los dos han tenido claro que quería repetir porque tenían muchas cosas en común y seguro que les faltaban millones de temas por tratar.
Jordan y Pedro
Jordan es de Dublín, pero lleva 12 años viviendo en España. Es tanatopractora y más que su trabajo de reconstrucción le gusta ver la reacción de las personas al ver a su ser querido por última vez. Pedro, su cita, es un chico al que le gusta mucho dar volteretas y al que la gente le dice que tiene pinta de chulo, pero a ‘First Dates’ ha entrado en modo asustado y muy tímido.
El joven le ha contado que además de dar clases a niños, algo que le apasiona, estudió ilustración que se ha tatuado el solo el cuerpo. A Jordan no le gustan los niños y ha dejado a su cita mudo cuando le ha dicho que era funeraria. A él le hubiera gustado alguien con un trabajo más afín al suyo y ha querido saber si la profesión de su cita era variable.
Jordan le ha explicado que había encontrado el trabajo que siempre había soñado y que le gustaría ser la tanatopractora que mejor reconstruyera del mundo, mientras que Pedro todavía estaba asimilando que su cita trabajaba con difuntos. Sin previo aviso, Jordan le ha pedido a Pedro que le contara un secreto y él le ha confesado que fue gogó de discoteca durante un tiempo. A ella le ha hecho gracia porque también había trabajado bailando.
El soltero ha flipado y se ha sentido halagado al saber que a ella le gustaban su look, sus pendientes, su anillo “eres tipo Jordan”. Sin embargo, él no ha sentido lo que esperaba sentir y en el momento de la decisión final le ha dicho que no quería volver a quedar con ella.
Sever y Carla
Carla está buscando a un hombre que le guste físicamente, pero sobre todo que le enamore con la mirada, quiere a un tipo con los ojos azules porque esos van a ser los ojos que le den los buenos días y los que vea hasta que se muera si es su pareja. Sever, su cita, es un chico que vino de Rumanía hace 20 años y que trabaja en una tienda de lujo en Marbella. A ella le han gustado sus ojos azules, pero le ha visto un poquito bajito.
Rápidamente se han puesto a hablar de sus lugares de origen y de sus profesiones. Ella es azafata y a los dos les gusta mucho viajar. Los solteros han comenzado a cenar con una gran sonrisa en la cara y han descubierto que los dos tenían muchas cosas en común. Sever se ha fijado en el acento de Carla y le ha contado que él habla 5 idiomas de forma fluida.
Respecto a los viajes, el último destino del soltero ha sido India y eso a ella el ha gustado porque no era un destino muy habitual y eso decía mucho de él. Además, le ha contado que tenía un gatito y un perrito, y ella le ha dicho dado un viceversa por respuesta, también tiene gato y perro. Ella ha querido saber la edad y la altura de su cita y se ha quedado un poco chafada. El soltero mide 1.85 cm y ella le ha dicho que su límite estaba en 1,87 cm y que era bajito para ella.
Para Carla era muy importante no haber parado de reír en toda la cita y en el fotomatón se ha olvidado de los dos centímetros que le faltaban de altura a su cita y se ha dejado llevar. Al verles salir tan contentos, Matías ha tenido la sensación de que habían tenido un fotomatón llenito de turbulencias y no se ha equivocado. A los dos les ha encantado conocerse y han tomado la decisión de seguir adelante y descubrir lugares y más sonrisas juntos.