Hildegart Rodríguez Carballeira, nacida el 9 de diciembre de 1914 en Madrid, fue un prodigio educativo que encarnó un experimento extremo de la ambición materna. Su madre, Aurora Rodríguez Carballeira, se obsesionó con la idea de crear un modelo de mujer del futuro, impulsada por sus convicciones sobre la eugenesia y su deseo de emancipar a la mujer en un contexto social profundamente patriarcal. Desde una edad temprana, Hildegart mostró una capacidad excepcional: aprendió a leer a los dos años y a escribir a los tres, convirtiéndose en una ferviente activista política y feminista en los tumultuosos años 30 de España.
La educación como proyecto
Aurora, proveniente de una familia ilustre en Ferrol, había forjado un plan meticuloso y, en muchos aspectos, paranoico para educar a su hija. Hildegart se convirtió en una estudiante voraz y autodidacta, dominando varios idiomas y obteniendo, a solo 13 años, un título en Derecho. Su educación era rigurosa y abarcaba desde la filosofía hasta la medicina, y se convirtió en conferenciante sobre temas como la sexualidad y la liberación femenina. Su obra literaria fue prolífica, publicando libros como La rebeldía sexual de la juventud y Métodos para evitar el embarazo, que reflejaban sus ideas progresistas en una sociedad que aún luchaba contra los tabúes.
Activismo y reconocimiento
En su juventud, Hildegart se unió a movimientos políticos, como el Partido Federal y las Juventudes Socialistas, y se convirtió en secretaria de la Liga Española para la Reforma Sexual. Su activismo no pasó desapercibido: logró captar la atención de intelectuales de renombre, como H. G. Wells, quien le ofreció una beca en Inglaterra para estudiar con el sexólogo Havelock Ellis. Sin embargo, el ascenso de Hildegart como figura pública contrastaba drásticamente con la intensa relación que mantenía con su madre.
Tensión y Control
La figura de Aurora se tornó cada vez más posesiva y controladora. A medida que Hildegart comenzaba a experimentar la libertad y a cuestionar las estrictas imposiciones maternas, su madre sentía que su proyecto de vida se desmoronaba. Aurora había concebido a Hildegart no solo como su hija, sino como una extensión de sus propias aspiraciones y sueños; un “modelo de mujer del futuro” que debía cumplir con un propósito definido. El conflicto entre los deseos de independencia de Hildegart y la necesidad de control de Aurora se intensificó, generando tensiones insostenibles.
Un trágico desenlace
El trágico desenlace tuvo lugar la mañana del 9 de junio de 1933. En un arrebato de celos y desesperación, Aurora disparó a su hija mientras dormía, propinándole cuatro disparos, tres en la cabeza y uno en el corazón. Este acto culminó con el colapso de un proyecto que había comenzado como una aspiración a la emancipación y se había convertido en un acto de horror. Aurora fue condenada a 26 años de prisión, pero su salud mental se deterioró, y fue internada en un psiquiátrico, donde vivió hasta su muerte en 1955.
La Virgen Roja
La historia de Hildegart, que ahora se narra en la película 'La virgen roja', dirigida por Paula Ortiz y protagonizada por Najwa Nimri y Alba Planas, explora la complejidad de la relación madre-hija y el impacto de las ambiciones de Aurora en la vida de Hildegart. Su vida, marcada por una extraordinaria inteligencia y un deseo de independencia, se transforma en una tragedia en la que las tensiones familiares y las aspiraciones individuales chocan de manera devastadora.
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