En una entrevista a Vanity Fair para su artículo de portada de diciembre, Jennifer Lawrence explicó que estaba convencida de que iba a morir cuando el avión privado en el que viajaba sufrió un fallo en los dos motores.
“Me quedé paralizada en el asiento”, le dijo a Vanity Fair en su artículo de portada de diciembre.
La actriz ganadora del Oscar, que bromeó diciendo que para algunos los que volamos en avión privado "Merecemos morir". Lawrence se dirigía a la ciudad de Nueva York desde su ciudad natal de Louisville, Kentucky, en 2017 cuando les dijeron que tenían que intentar un aterrizaje de emergencia en Buffalo.
La actriz bajando de un jet privado en una imagen reciente.
"Todos íbamos a morir", dijo. “Empecé a pensar en pequeños mensajes de voz mentales para mi familia, ya sabes, 'He tenido una gran vida, lo siento'”.
La estrella de "Don't Look Up", de 31 años, era solo uno de los dos pasajeros del avión; el otro era el hijo del médico que ayudó a dar a luz a ella y a sus dos hermanos.
"Me sentí culpable", explicó Lawrence. “Todo el mundo iba a estar tan mal por la probable tragedia. Y, oh, Dios, mi perro "Pippi" estaba en mi regazo, esa fue la peor parte. Aquí está esta cosita que no pidió ser parte de nada de esto".
Al ver la pista llena de camiones de bomberos y ambulancias, la estrella, que está embarazada de su primer hijo con su esposo Cooke Maroney, se encomendó a un poder superior.
Jennifer Lawrence y su actual esposo Cooke Maroney en una fotografía de su boda.
“Empecé a rezar. No al Dios específico con el que crecí, porque era aterrador y un tipo muy crítico”, recordó. “Pero pensé, Dios mío, ¿tal vez sobreviviremos a esto? Seré víctima de quemaduras, esto será doloroso, pero tal vez vivamos”.
“'Por favor, Señor Jesús, déjame cuidar mi cabello. Envuélveme en tus brazos amantes del cabello. Por favor, no dejes que me quede calva '”, bromeó.
El avión finalmente tomo tierra en la pista, rebotó y volvió a tomar nuevamente tierra antes de detenerse. Los equipos de rescate abrieron la puerta del jet y los sacaron a todos ilesos, pero Lawrence luego tuvo que inevitablemente abordar otro avión "anestesiada gracias a una pastilla muy grande y varias mini botellas de ron", señaló a la publicación.
"La experiencia me hizo mucho más débil", dijo con respecto al viejo dicho "Lo que no te mata te hace más fuerte". "Volar es horrible y tengo que hacerlo todo el tiempo". | 
Política de Privacidad
