El actor , que reconoce los errores que lo llevaron a la cancelación pública, describe un presente dominado por el desconcierto: sin un lugar fijo al que regresar, sin la seguridad económica de sus años dorados y atrapado en un limbo profesional del que intenta salir mientras Hollywood continúa mirándolo con recelo.
“Spacey sobrevive saltando de hotel en hotel, sin un lugar que pueda llamar hogar.”
A sus 66 años, Kevin Spacey relata que vive desplazándose de hotel en hotel y de Airbnb en Airbnb, después de perder su residencia por los gastos legales acumulados desde 2017. Su caída fue tan abrupta que incluso la casa en la que había vivido en Baltimore terminó embargada, obligándolo a abandonarla sin destino claro.
Aunque los tribunales lo absolvieron en los dos procesos penales que llegaron a juicio, el golpe financiero no ha cesado: su salida fulminante de 'House of Cards' le costó una indemnización millonaria que lo dejó al borde del colapso económico.
“El actor cree que con una sola llamada de un gran director, su regreso a Hollywood sería inevitable.”
Aun así, Spacey insiste en que su historia no ha terminado. Afirma que mantiene contacto con figuras influyentes dispuestas a tenderle la mano y que solo necesita un gesto legitimador de algún gran director para que Hollywood vuelva a abrirle las puertas. Mientras tanto, continúa trabajando en proyectos independientes —incluida una película que dirige él mismo— y actuando en clubes nocturnos donde sus seguidores pagan cifras elevadas por verlo.
Entre la penitencia, la resistencia y la esperanza, el actor lucha por reescribir un relato público que considera distorsionado y que todavía lo persigue. | 
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