Desde que "En busca del arca perdida" se estrenara en los cines el 12 de junio de 1981, los fans más acérrimos e inclinados a la sastrería han estado buscando un fedora similar al del héroe arqueólogo. La aventura de Steven Spielberg le convirtió en el rey de los éxitos de taquilla veraniegos y lanzó a Harrison Ford al estrellato, pero para algunos, En busca del arca perdida es también un momento de gloria para el sombrero de fieltro. Desde la primera imagen de la película, con su arquetípico explorador atravesando la jungla sudamericana, la silueta del sombrero se grabó en el fondo azul del cielo y en la mente de los espectadores. Y a medida que su sombra se proyectaba repetida y deliberadamente en las paredes de las cuevas o en las puestas de sol esculpidas, se convirtió en una parte inextricable de Indiana Jones, y en uno de los accesorios más identificables de la historia del cine.
En parte se debe al poder de la iconografía y al éxito abrumador de una franquicia cinematográfica, pero la otra parte es una historia sobre el debate en torno a la autoría y la leyenda, ya que un grupo de fans dentro de otro grupo de fans se erigieron en pseudoarqueólogos con el molde de su héroe. A lo largo de los años -antes y sobre todo después de la llegada de Internet-, el fervor y el interés en torno al sombrero de Indy se ha mantenido, y su historia se ha convertido en un mito que ha sido tanto anunciado como desacreditado. Más de cuarenta años después del estreno de En busca del arca perdida, los fans y los fabricantes de sombreros siguen sacando partido y apreciando el atractivo aspecto del fedora, al tiempo que debaten sobre sus orígenes.
En 1979, antes de que Lawrence Kasdan escribiera el guión de En busca del arca perdida, George Lucas llamó al artista conceptual Jim Steranko y le pidió cuatro grandes pinturas de un héroe indiscriminado de los años treinta. Quería escenas del arqueólogo luchando contra nazis y esquivando serpientes mientras vestía una chaqueta de cuero y un sombrero de fieltro "con el ala vuelta hacia abajo".
El director todavía conserva hoy un boceto a lápiz de color, un retrato de estilo elemental del arqueólogo con sombrero de fieltro, chaqueta marrón y botas. La idea del personaje se afinó aún más después de que ambos vieran 'El tesoro de Sierra Madre', 'El secreto de los incas' y 'El mayor espectáculo del mundo', películas en las que sus protagonistas, Humphrey Bogart y Charlton Heston, lucían fedoras clásicos de mediados de siglo. Al final, todo el mundo en la producción tenía una visión clara de Indiana Jones. "Si nos fijamos en Charlton Heston [en El tesoro de los Incas], tenía la barba incipiente de tres o cuatro días y el mismo aspecto", dice el productor ejecutivo Howard Kazanjian. "No estábamos copiando eso, pero había muy poco en [nuestra] película que fuera nuevo".
Escarmentado por el fracaso de 1941, Spielberg enfocó En busca del arca perdida como una película de serie B, un esfuerzo para ahorrar costes que trasladó a su equipo de producción a los estudios Elstree de Londres, que Lucas había utilizado para La guerra de las galaxias. La diseñadora de vestuario Deborah Nadoolman Landis había empezado a trabajar en un prototipo de vestuario para Tom Selleck; cuando éste rechazó el papel y Ford entró en su lugar, empezó a trabajar de nuevo. Empezó con el sombrero de fieltro, llevando a su nueva estrella a Bermans y Nathans, en el barrio londinense de Camden, para encontrar la forma adecuada. Sin preocuparse por los colores, tiró al suelo docenas de cajas de sombreros diferentes para que Ford se los probara, con el fin de determinar las mejores proporciones de ala y copa para su rostro. Tras probarse todos y cada uno de los sombreros junto a un espejo, Ford y Landis se pusieron de acuerdo en cuál era el mejor. "Es muy útil mirar al actor por encima del hombro en el espejo, porque aplana la imagen y te da una impresión mucho más exacta de cómo quedará un traje en una película", dice Landis.
Ahora que ya sabía lo que buscaba, Landis fue a Herbert Johnson en Londres y eligió un modelo australiano de la línea de presentación de la empresa. "El modelo australiano tenía un ala lo suficientemente ancha como para que pudiéramos adaptarlo", explica Landis. "Luego trabajamos en la anchura, la corona y el color". Al final, se decantó por un tono terroso para reflejar la vocación de Indy. Hecho de fieltro de conejo suave, el fedora tenía una flexibilidad inherente, así que Landis metió el original en su maleta personal y encargó 10 más para la película. Antes del primer día de rodaje en La Rochelle, Francia, Ford hizo compañía a Landis junto a la piscina de su hotel mientras ella empezaba a envejecer los fedoras, frotándolos con tierra de Fuller y aceite mineral y estrujándolos bajo su cama. "Tenía que parecer que llevaba esta ropa nueva toda la vida, que dormía con ella, que trabajaba con ella, que la había sudado y que era su segunda piel", dice.
Al ver a Ford con el atuendo completo de Indiana Jones, el director de fotografía Douglas Slocombe se dio cuenta de que tenía una silueta que podía utilizar como estética repetitiva. En una escena temprana, cuando Indiana recluta a Marion (Karen Allen) en Nepal, la cámara no muestra ni una sola vez su rostro; el personaje sólo es identificable por su característico sombrero de fieltro, proyectado en la sombra detrás de ella. Más tarde, cuando Indy comienza a desenterrar el arca en Egipto de forma encubierta, Slocombe capta la figura del sombrero de ala frente a un sol que se derrite, lo suficiente para distinguir al protagonista de su tripulación. "Habíamos hablado de películas como Robin Hood y de las sombras en las películas de esa época: había sombras contra la pared de alguien luchando con una espada", dice Kazanjian. "Doug fue capaz de hacerlo. No es algo fácil".
El sombrero también parecía tener elementos mágicos. En la secuencia inicial de la película en Sudamérica, Indy escapa de la tribu Hovito saltando a un río y nadando hasta su avión de huida; a pesar de las grandes salpicaduras y las ráfagas de la hélice, el sombrero empapado nunca se separa de su cabeza. El mismo tipo de magia con el sombrero se pone de manifiesto en una trepidante persecución en camión, en la que Jones mantiene de algún modo el ala firme mientras se desliza por debajo del motor del vehículo y es arrastrado por un trozo de cuerda. En las dos secuelas siguientes, Spielberg redobló la calidad casi mítica del sombrero de fieltro. En una famosa secuencia de El templo maldito, Indy escapa por los pelos de la muerte deslizándose por debajo de una puerta de roca que se cierra, casi sacrificando su brazo sólo para arrebatar su fedora, que había caído al otro lado. La Última Cruzada incluso dedica tiempo a mostrar el origen del accesorio característico de Jones: Cuando un joven Indy, interpretado por River Phoenix, no consigue mantener la Cruz de Coronado robada fuera del alcance de un villano, recibe su sombrero polvoriento como consuelo.
Al igual que el alter ego de Superman, Clark Kent, el profesor "Dr. Jones" no hace más que realzar su otra faceta aventurera. Al final de la trilogía, el viejo sombrero de Indy bien podría haber sido una capa roja. |
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