En cualquier momento, uno puede escribir la frase "Hermanas Sutherland" en el motor de búsqueda de eBay y encontrar múltiples fotos de tarjetas de gabinete, anuncios y otros artefactos relacionados con su apogeo.
Y es que estas hermanas eran el equivalente estadounidense del siglo XIX de las estrellas de rock, supermodelos y titanes del merchandising a la vez. Su historia es tan extraña como notable.
Magia en una botella
Las siete hermanas Sutherland, Sarah, Victoria, Isabella, Grace, Naomi, Dora y Mary, comenzaron su vida en relativa pobreza en una pequeña granja en el condado de Niagara, Nueva York. Nacidas entre 1845 y 1862, a medida que maduraban, se hizo evidente que cada una tenía un cabello largo y lujoso.
La madre de las niñas, Mary Brink Sutherland, alentó la longitud extraordinaria aplicando todas las noches una mezcla maloliente de su invención en el cabello y el cuero cabelludo de cada una. Ella afirmaba que esta fórmula era responsable de su fenomenal éxito en el crecimiento del cabello.
Los inicios de su fama
El padre de las niñas, Fletcher Sutherland, era un personaje pintoresco que luchaba por mantener a su familia. Los ingresos de la granja eran escasos y los impuestos sobre la propiedad nunca eran pagados a tiempo. Tenía que encontrar una forma de aumentar sus ingresos, preferiblemente una que no implicara trabajo manual. Ya que a menudo dejaba a su familia para hacer el trabajo agrícola, mientras socializaba con sus amigos en la ciudad.
Por suerte para en la familia había talento para la música, cada niña cantaba y tocaba un instrumento, por lo que Fletcher tramó el plan de ponerlas en el escenario, comenzando humildemente en los sótanos de las iglesias y en las reuniones locales.
Aunque las chicas eran musicalmente competentes, Fletcher comenzó a darse cuenta de que el verdadero atractivo de sus actuaciones era su cabello anormalmente largo (entre todas más de 11 metros). Y empezó a capitalizar eso. Al final de cada actuación, las hermanas le daban la espalda al público como una sola y mostraban su extraordinario cabello. Esta maniobra muy estudiada fue un gran éxito, y en unos pocos años, llegaron a lo más alto.
El mayor espectáculo del mundo
Cuando las hermanas tenían entre 18 y 36 años, firmaron con el legendario showman PT Barnum. Desde principios de la década de 1880 hasta principios de la década de 1900, las Seven Sutherland Sisters realizaron giras con el circo de Barnum and Bailey, convirtiéndose (junto con Jumbo el elefante) en uno de los mejores actos del espectáculo. Viajaban con estilo en vagones de tren privados, y su ropa estaba a la altura de la moda y los diseñadores les pagaban para que mostrarán sus creaciones.
Sus seguidores las acosaban donde quiera que iban, algunos armados con tijeras para obtener un fragmento de los mechones milagrosos para ellos. Pero aún más dinero comenzó a llegar a sus manos alrededor de 1885 cuando Fletcher, impulsado por el nuevo esposo de Naomi, J. Henry Bailey (quien también fue gerente de los espectáculos), comenzó a elaborar, embotellar y vender la receta secreta de la familia.
La creación de un imperio
El tónico del cabello de las 7 hermanas Sutherland se comercializó agresivamente en periódicos y revistas con afirmaciones escandalosas y cartas de “clientes” satisfechos que eran todos sospechosamente similares en tono y estilo. Los anuncios también presentaban el respaldo de misteriosos médicos que aseguraban la eficacia del tónico.
Todo era falso por supuesto. Cuando este tónico para el cabello fue analizado por un químico de verdad, resultó ser principalmente hamamelis y ron de laurel con trazas de ácido clorhídrico, sal y magnesio. Pero el negocio de la belleza se basa en la fe, la esperanza y una buena cantidad de autoengaño, y el público continuó comprando sin parar los productos de las 7 hermanas Sutherland .
La familia agregó a la línea de productos tintes para el cabello llamados "Coloradores para el cabello", "Fertilizante para el cabello", un limpiador para el cuero cabelludo, cepillos y peines. Los artículos se vendieron en tiendas minoristas, así como en las tiendas de su empresa llamadas "salas", incluida una en la ciudad de Nueva York. Varias de las hermanas visitaban los salones y estaban disponibles en horarios establecidos para consultas sobre el cuidado del cabello o simplemente para atraer compradores mostrándose en las ventanas.
Llegados a 1888, Fletcher y Mary ya habían muerto, pero las hermanas habían amasado una enorme fortuna. A principios de siglo, después de haber ganado millones, se encontraban entre las mujeres más ricas de los Estados Unidos. Vivían juntas en una opulenta mansión que construyeron en Warner's Corners, en Nueva York, no lejos de donde nacieron. Y justo en este punto de la historia, las cosas comenzaron a ponerse raras.
Amor, pérdida y obsesión morbosa
En 1892, cuando Isabella tenía 40 años, se casó con Frederick Castlemaine, de 27 años. Frederick era guapo, encantador y un adicto desesperado al opio y la morfina. La familia lo adoraba y se convirtió en una figura central en las numerosas fiestas, entretenimientos y payasadas que los Sutherland organizaban en la mansión.
El evento que más trastornó a la familia fue la muerte de la hermana Naomi en 1893. Su cuerpo permaneció en la mansión familiar durante semanas, mientras sus hermanas planeaban un elaborado mausoleo. Eventualmente, decidieron enterrarla con sus padres en la parcela familiar en las cercanías de Lockport.
El cambio en los planes de entierro puede deberse en parte a la necesidad de mantener el secreto. Las hermanas no eran mejores con el dinero de lo que había sido su padre, y necesitaban mantenerlo. Six Sutherland Sisters no sería suficiente, así que contrataron a un reemplazo para Naomi, y el espectáculo continuó.
La tragedia golpeó nuevamente en 1897 cuando Frederick Castlemaine fue encontrado muerto en su habitación de hotel mientras estaba de gira. Se especula si su muerte fue accidental o no, pero Isabella estaba desconsolada. Ella se negó a dejar que su cuerpo fuera movido durante horas, insistiendo en que iba a despertar. Eventualmente, otros asistentes la persuadieron para que les permitiera organizar su transporte de regreso a Lockport.
Frederick, como Naomi, yació en estado durante semanas en un ataúd con cúpula de vidrio en el salón de la mansión Sutherland, su cuerpo sin embalsamar. La familia se reunía a su alrededor día y noche, cantando sus canciones favoritas. Isabella insistió en que su mausoleo tuviera una ventana para que pudiera salir cuando despertara, como estaba segura de que haría. Noche tras noche velaba junto a su tumba, llorando y rogándole que volviera a ella. No hace falta decir que nunca lo hizo.
Y llegó la ruina
A medida que las mujeres envejecían, sus oportunidades de gira y en el mundo de la moda se reducían. Isabella se volvió a casar y se separó de la familia para lanzar un producto competitivo con su segundo marido, Alonzo Swain. Pero el producto falló y la pareja quebró.
Cuando Victoria tenía 50 años en 1899, se casó con un joven de 19 años y se separó del resto de la familia. Ella murió tres años después y fue reemplazada en el acto, como lo había sido Naomi, por una sustituta.
Mary, acosada por períodos de locura, a menudo estaba encerrada en su habitación. Victoria, Grace, Dora y Mary nunca se casaron. Sara murió en 1919.
El último clavo en el ataúd de la fortuna familiar llegó cuando las hermanas restantes se cortaron el pelo, ya que no querían verse agobiadas por estilos que requerían horas de mantenimiento. La producción de 7 productos para el cuidado del cabello Sutherland Sisters terminó y la mayor parte de la fortuna desapareció. Grace, Dora y Mary de las hermanas restantes vendieron la mansión ahora en ruinas por una miseria y se mudaron a una pequeña casa en Lockport.
Última parada Hollywood
Una última esperanza llevó a las tres hermanas restantes a Hollywood en 1926, donde se habló de hacer una película sobre sus vidas. Las conversaciones con el estudio de cine no llevaron a ninguna parte y, antes de regresar a casa, Dora fue atropellada mortalmente por un automóvil mientras cruzaba una calle en Los Ángeles.
Sus hermanas organizaron la cremación de sus restos, pero al carecer de fondos para pagar el servicio, Grace y Mary regresaron a su hogar en Lockport sin ella. Posteriormente María murió en 1939.
Cuando Grace, la última de las mundialmente famosas Siete hermanas Sutherland, murió en 1946 a la edad de 92 años, y su lugar de descanso final fue una tumba sin nombre. | 
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