El fútbol es uno de los elementos más presentes en la cultura de latinoamérica y, como muchos otros deportes, ha sido fuente inagotable de títulos creados para el cine y la televisión. Sin embargo existe un hueco que no ha sido cubierto por la industria audiovisual y que apenas ha tenido espacio en pantalla: las mujeres y el fútbol.
Intentando cubrir ese vacío ha surgido 'Las Bravas F.C.', la nueva serie de HBO Max México que intenta dar un vuelco a los estereotipos machistas del fútbol femenino.
La serie nos presenta a Roberto Casas (Mauricio Ochman), un endiosado futbolista cuya fama es internacional, pero que en México es odiado y considerado un traidor por haber preferido jugar con la selección española. Tras sufrir un problema cardiaco que da al traste con su carrera se encuentra sin dinero y en problemas con Hacienda así que decide regresar a su pueblo natal, Playa Ángel, para convertirse en el entrenador del equipo femenino local, Las Bravas. Allí se encontrará con situaciones inesperadas.
En el arranque de la serie podemos ver el machismo de Casas con una afirmación que hace, y que refleja la forma de pensarsentir de una parte importante de la sociedad respecto al fútbol femenino: "El fútbol femenino ni es fútbol, ni es femenino. Se puede decir más alto, pero no más claro: la mujer a la cocina".
Ana Valeria Becerril interpreta a Claudia, la portera del equipo, y para su papel le asignaron un preparador específico, para entrenar seis semanas antes del inicio del rodaje: "Los entrenamientos fueron muy rigurosos. Teníamos que coreografiar y entrenar cada una de las jugadas con las otras chicas que iban de contrincantes, todas jugadoras de la Liga Mayor Femenil. La verdad es que nos tuvieron mucha paciencia", explica la actriz.
Esmeralda Soto, de 22 años, es una actriz y comediante que se ha hecho popular en redes sociales por sus parodias de las actitudes machistas. La actriz reconoce que antes del rodaje no le gustaba el fútbol:
"Las mujeres hemos tenido en la tele y en el cine un rol muy pasivo y la verdad es que sí me gusta ver a Las Bravas enojonas. Creo que a los hombres se les permite estas emociones que son primarias, en ellos no está mal visto que se enojen. Hay un choque cuando las mujeres expresamos este enojo, porque inmediatamente salen con que ‘deben estar en sus días’. Me gusta ver a esta mujer grandota [Tania] dominando la cancha, que sea territorial, me gusta porque rompe con este canon de la mujer princesa", afirma Soto.
Aunque el tema principal de la serie es el fútbol, también tienen cabida temas como los roles de género, la sororidad o las relaciones tóxicas, todo a través del prisma de la comedia y la parodia.
Becerril cree que la comedia es el arma perfecta para tratar temas delicados en Latinoamérica y en especial éste del fútbol y el machismo: "nos metimos con algo tan cultural como el fútbol y aparte son mujeres jugando fútbol. Los mismos comentarios que critican a las mujeres son los que critican a la serie. Y sí hemos recibido críticas, pero a pesar de eso Las Bravas está teniendo un recibimiento muy, muy bueno. Es una muy sana forma de empezar a poner estos temas en la mesa".
Por su parte Soto muestra su deseo de que la serie pueda romper con el género del fútbol: "Hay que romper con la creencia de Roberto Casas. Ojalá ayude a ver a las mujeres como personas, a romper la cosificación y verla como un sujeto que siente, digo, nos falta muchísimo a todos, pero ahí vamos, ya se hizo Las Bravas y es algo".
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