El filme francés "En las profundidades del Sena" del director Xavier Dens ofrece una variedad de perspectivas sobre cómo aborda temas actuales. Uno de los enfoques favorables destacados es la representación de la fragmentación social como espectáculo. La película explora cómo diferentes puntos de vista y pensamientos divergentes pueden conducir a discusiones llenas de cerrazón y rigidez, donde se busca silenciar a aquellos que piensan de manera distinta.

La trama gira en torno a la intrusión de un tiburón en el río Sena, y plantea que una solución podría encontrarse si los actores sociales dejasen a un lado sus egos e intereses personales. A pesar de que políticos, activistas, policías e investigadores tienen un objetivo común, se ven incapaces de unirse en pos del bienestar colectivo. Es en esta falta de unidad donde el espectáculo se desarrolla, ya que las secuencias violentas y la psicosis generada por el tiburón son consecuencias de esta disputa.

El director Xavier Dens, conocido por su participación en el movimiento estético del "Nuevo extremismo francés", utiliza recursos visuales intensos y actuaciones exageradas para transmitir la violencia, aunque evitando lo explícit y lo brutal. El objetivo no es la transgresión, sino adentrarse en el estado social actual mediante la introducción de elementos fantásticos, para reflexionar sobre el comportamiento de una sociedad fragmentada frente a un acontecimiento sobrenatural.
"En las profundidades del Sena" no logra liberar completamente la tensión erótica entre Sophia y el policía Adil, lo cual podría ser explorado en una posible secuela.
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