"Las invisibles" es una serie que combina comedia y drama con algún momento de musical. Aunque Lolita no canta, sí baila y limpia. Su personaje, Espe, exclama: "La madre que lo parió, qué cerda es la gente", al aparecer por primera vez en pantalla. Se puede casi oler el alcohol a través de la pantalla: botellas, platos sucios, basura por todas partes. La habitación es un desastre. La serie se trata de la lucha diaria de las mujeres de la limpieza, una batalla constante contra la falta de consideración de aquellos que dejan todo sucio a su paso, pero también contra un sistema que las explota sin piedad. Y todo esto sin causar molestias.

La trama comienza con la muerte de Pilar, una voz en off que soñaba con ser bailarina, actuar en los mejores teatros del mundo, recibir aplausos y romper corazones. Sin embargo, no pudo cumplir su sueño. Pilar relata cómo limpia habitaciones en un tiempo récord, hasta que su cuerpo colapsa. "Eso sí, en la suite nupcial, como una reina".
La muerte de Pilar desencadena un terremoto en el Hotel Calíope, ubicado en algún lugar de la costa mediterránea. Aunque no se revelan detalles concretos, "Las invisibles" está claramente basada en hechos reales. Las kellys, las camareras de piso, se acercaron a Lolita durante la presentación de la serie en el Festival de Málaga para agradecerle por dar voz a su colectivo. Lolita comenta sobre su suerte de haber repetido en muchos hoteles debido a su profesión y haber conocido a personas maravillosas que limpiaron su habitación y con quienes entabló confianza. Ella advierte que hay diferencias culturales entre la clase obrera y la alta, y que el mundo está lleno de contrastes.

La serie aborda constantemente el diálogo entre la educación y el dinero, según María Pujalte, compañera de reparto de Lolita, quien recupera su acento gallego para interpretar a Isabel, una mujer en plena menopausia que lucha por sobrevivir a la soledad, la precariedad y el cuidado de un hermano problemático. El elenco describe a las camareras de piso como profesionales, madres y cuidadoras, y destaca que también son mayores.
Hay un momento tragicómico en la serie que resume la intención de su creador, Héctor Lozano. Las camareras de piso intercambian pastillas como si fueran cromos: ansiolíticos, antiinflamatorios, analgésicos, todo para aliviar los estragos de años de trabajo físico extenuante, humillaciones diarias y la lucha contra un entorno que prioriza el disfrute sin considerar el sufrimiento involucrado. Pilar lamenta mientras sueña con camas altas, ligeras y con ruedas, que sería una señal de que quienes las diseñaron nunca han fabricado una en su vida.
María Pujalte destaca la empatía de Lozano que se percibe al leer el guion. Ella ya había trabajado con él en "Merlí: sapere aude" y comenta que tiene una gran habilidad para escribir sobre personajes que podríamos ser cualquiera de nosotros. Por lo tanto, retrata de manera precisa a este colectivo, tanto en el trabajo como en la familia, donde el cuidado es un tema central.

La serie, compuesta por ocho episodios de 45 minutos, ofrece una mirada profunda y femenina. Muestra a mujeres a cargo de maridos, hermanos, nietos, enfrentando los cambios de la edad, temiendo a la enfermedad, enamorándose nuevamente a pesar de sí mismas y mujeres mayores amenazadas por la energía de las más jóvenes. Sin embargo, al final, convergen en una historia de amistad y sororidad. Lolita considera esto como un aspecto circunstancial y comenta que la serie trata sobre las camareras de piso, que en su mayoría son mujeres. No se trata de una serie feminista ni dirigida exclusivamente a las mujeres, sino que está hecha para toda la familia.
En un momento de la serie, Lolita y Pujalte realizan una coreografía al ritmo de "Gloria" de Umberto Tozzi, que suena desde un transistor en medio de un mercadillo, rejuveneciendo a cualquiera. Pilar, desde el cielo donde sigue las vidas de sus amigas, afirma: "Tengo una teoría, dejamos de ser jóvenes cuando dejamos de bailar". Las camareras de piso, obligadas a ser invisibles a pesar de su importancia, se hacen visibles al ritmo de los clásicos de la discoteca. Es una hermosa metáfora para una serie que pone el foco en un colectivo que ha logrado ganar protagonismo por derecho propio. |