Meryl Streep es reconocida como una de las actrices más respetadas en Hollywood. Ha recibido 21 nominaciones a los Premios Oscar y ha ganado tres veces: dos como Mejor actriz principal por sus papeles en ‘La decisión de Sophie’ (1982) y ‘La dama de hierro’ (2011), y una vez como Mejor actriz de reparto por su actuación en ‘Kramer contra Kramer’ (1979). A lo largo de las décadas, ha forjado una carrera legendaria con papeles icónicos en películas como ‘Memorias de África’ (1985) y ‘Los puentes de Madison’ (1995), destacando por su habilidad para dar vida a una amplia gama de personajes con gran realismo.

A pesar de esto, la actriz ha tenido que enfrentar roles que han presentado desafíos significativos en su interpretación, como su participación en ‘El diablo viste de Prada’ (2006), donde interpreta a Miranda Priestly, la autoritaria directora de una revista de moda, cuyo impacto ha trascendido la pantalla para quedar grabado en la memoria del público.
El argumento sigue la historia de Andy Sachs, interpretada por Anne Hathaway, una joven periodista recién graduada que se embarca en el vertiginoso mundo de la moda al aceptar un trabajo como asistente del personaje a quien da vida de manera magistral Meryl Streep. El rol de Miranda Priestly está basado en la directora de la edición estadounidense de la revista Vogue, Anna Wintour, y el papel se alejó notoriamente de los roles alegres y comprensivos a los que Streep estaba acostumbrada a dar vida.

“Me sentía miserable”
Para la inmersión en su papel, Meryl Streep decidió seguir el método Stanislavski y no salirse de su rol en ningún momento del rodaje, lo que le llevó a actuar en todo momento del modo en que lo haría Miranda Pirestly. En una entrevista para Entertainment Weekly en el año 2021, Streep confesó abiertamente el desafío que le supuso representar aquel papel: “¡Fue horrible! Este papel representó para Streep un cambio dramático en la dinámica de sus interpretaciones habituales y le exigió adentrarse en la piel de un personaje implacable y exigente, totalmente desprovisto de la calidez humana y empatía que suelen desprender sus actuaciones.
Su compañera de reparto en la película, Emily Blunt, compartió su experiencia en una entrevista con The Herald, recordando las conversaciones con Streep durante el rodaje. |