El cineasta Carlos Saura ha fallecido este viernes en Madrid a los 91 años a causa de una insuficiencia respiratoria. El prestigioso director oscense iba a recibir este sábado un Goya de Honor que pondría el broche de oro a una dilatada trayectoria profesional de más de siete décadas en la que aportó al cine español títulos memorables como ‘¡Ay, Carmela!’, ‘Deprisa, deprisa’ y ‘Bodas de sangre’.
"Por su extensa y personalísima aportación creativa a la historia del cine español desde finales de los años cincuenta hasta hoy mismo", explicaba semanas atrás el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, la concesión del Goya de Honor a Saura. Ahora, la gala de este sábado servirá como homenaje al prolífico trabajo del director, cuyo estado de salud se había agravado desde el año pasado. Sus problemas respiratorios sumados a un ictus que sufrió en 2022 y una caída el pasado verano provocaron un deterioro en su salud que ha resultado fatal.
Nacido en Huesca en 1932, Saura vivió una infancia marcada por la guerra civil española. Su padre era funcionario de Hacienda del gobierno republicano y la familia se vio obligada a desplazarse ante el avance de las fuerzas del bando nacional. La guerra civil marcó su obra: su largometraje de 1966 La caza, que ganó su primer gran premio en el festival de cine de Berlín, trataba de un grupo de antiguos soldados franquistas que acaban discutiendo y luego disparándose durante una cacería de conejos. La prima Angélica, estrenada en 1974, fue recibida con protestas por los derechistas debido a la recreación de las experiencias vividas durante la guerra civil por parte de su personaje central, y un cine de Barcelona donde se proyectaba sufrió un atentado. Cría Cuervos, protagonizada por Ana Torrent, de El espíritu de la colmena, se rodó en 1975, cuando Franco aún vivía, pero se estrenó en 1976, tras su muerte, y fue aclamada por su simbólico retrato de la vida bajo la dictadura.
Saura conoció a la actriz Geraldine Chaplin durante en el rodaje de Cría Cuervos, a la que también elegiría para participar en el thriller de 1967 Peppermint Frappé y juntos rodarían nueve películas, incluida la nominada al Oscar Mamá cumple cien años, además de mantener una relación hasta 1979.
En la década de 1980, a medida que disminuía el interés por el material político, Saura se volcó en la celebración del flamenco; su adaptación de 1981 de Bodas de Sangre, con el célebre bailaor Antonio Gades, fue la primera de una trilogía; le siguió Carmen en 1983 (que le valió a Saura una segunda nominación al Oscar), con Gades junto a Laura del Sol y el guitarrista Paco de Lucía, y El Amor Brujo en 1986, de nuevo con Gades.
En los años 90, Saura volvió a sacar partido de la guerra civil en ¡Ay Carmela!, esta vez en clave de humor, contando la historia de un grupo de teatro republicano que es capturado por los nacionales y se ve obligado a montar un espectáculo para ellos. Tango, de 1998, un embriagador drama argentino sobre el enamoramiento de un director de teatro por una bailarina, le valió a Saura su tercera nominación al Oscar a la mejor película en lengua extranjera. Entre sus películas posteriores figuran Salomé (2002), una versión flamenca de la historia bíblica, y Yo, Don Giovanni (2009), sobre el libretista de Mozart Lorenzo da Ponte.
Además de su relación con Chaplin, Saura estuvo casado tres veces, con Adela Medrano, Mercedes Pérez y Eulalia Ramón, y tuvo siete hijos. |
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