La demanda de Miramax contra Quentin Tarantino por sus planes de lanzar NFTs basadas en 'Pulp Fiction' abre un nuevo frente en la batalla de las NFT. El estudio argumenta que se trata de un juego de suma cero: sólo se debe permitir que una parte se beneficie de la nueva frontera de la explotación de la televisión y el cine. Sin embargo, el caso puede exigir un resultado más matizado en forma de una sentencia que permita a ambas partes vender NFT en función de la propiedad de determinados derechos de autor.
La popularidad de los tokens no fungibles, NFT por sus siglas en inglés, ha alcanzado nuevos máximos en el último año.
La demanda plantea si Tarantino, que escribió y posee los derechos de autor del guion de Pulp Fiction, tiene derecho a publicar partes de la obra mediante la venta de NFT.
El caso podría depender de la interpretación del contrato. Tarantino dice que la publicación de los NFT está dentro de sus derechos reservados. Según su acuerdo con Miramax, Tarantino tiene los derechos de "publicación impresa (incluyendo, sin limitación, la publicación del guión, los libros de 'making of', los cómics y la novelización, también en formatos de audio y electrónicos, según corresponda)", así como de "medios interactivos".
Quentin Tarantino anunció recientemente sus planes para subastar siete "escenas exclusivas" de la película Pulp Fiction de 1994 en forma de NFT", decía la demanda.
A pesar de esta disputa legal, la primera NFT se sacó a subasta a principios de este año, vendiéndose por más de un millón de dólares. Después de eso, el proyecto quedó en suspenso, quizá en parte para esperar el resultado de la demanda.
Tarantino pide que se desestime la demanda
Según Tarantino, las reclamaciones de Miramax son infundadas. Su equipo legal describió previamente las reclamaciones como "ofensivamente infundadas" y esta semana presentaron una moción, solicitando que se desestime la demanda en su totalidad.
"La demanda de Miramax sobre derechos de autor fracasa porque malinterpreta los principios fundamentales de la ley de derechos de autor e ignora el claro lenguaje de los acuerdos y cesiones", escriben los abogados de Tarantino.
La compañía cinematográfica sugiere que al ceder los derechos de autor de la película a Miramax, el director también renunció a los derechos de su guión. No es así, replican los abogados. |