Hace 45 años se inauguraba el club nocturno elegido por las celebridades y artistas de moda en los años setenta, y que se convirtió inmediatamente en leyenda. Tanto por lo difícil que era entrar como por las anécdotas más disparatadas que sucedieron allí.
Posteriormente los problemas de los dueños con la Justicia, llevo a Studio 54 al abrupto final de la discoteca más famosa de la historia.
Un club con mucha historia
La discoteca original fue abierta en 1927 con el nombre Gallo Opera House, y a lo largo de los años fue cambiando de actividad y de nombres, siendo también usada por la CBS para la grabación y transmisión de programas de radio, bajo el nombre de CBS Studio 52.
Bajo el nombre de Studio 54 ubicado en la Calle 54 Oeste en Manhattan, Nueva York, el teatro fue convertido en discoteca abrió sus puertas el 26 de abril de 1977 y fue clausurada en febrero de 1980 por problemas legales de sus fundadores. Su apogeo coincidió con la fiebre por la música disco y con una época de libertad sexual que se vio truncada por la aparición del SIDA.
Posteriormente volvió a ser un teatro del circuito de Broadway.
Su gran apertura
A la inauguración acudieron Diana Ross, Mick Jagger y su entonces esposa, Bianca, Salvador Dalí, Liza Minnelli, Halston, Donald Trump y su esposa Ivana, Debbie Harry, Brooke Shields y un largo etcétera. Varias estrellas como Warren Beatty, Cher, Woody Allen y Frank Sinatra quisieron disfrutar del festejo, pero no pudieron entrar; se cuenta que varios de ellos fueron rechazados por el despótico control que se ejercía en la puerta.
Una semana después de la inauguración, Studio 54 abrió de manera excepcional en lunes, para la fiesta de cumpleaños de Bianca Jagger, quien llegó montada en un caballo blanco. Acontecimientos como este apuntalaron el renombre del local entre los famosos y dieron pie a otras fiestas que reunían a público de edades y gustos dispares.
Por el local se podía ver con frecuencia al diseñador argelino Yves Saint Laurent, el artista Andy Warhol, el actor John Travolta, la modelo y cantante Grace Jones (quien cantó allí su versión de La vie en rose), y varios famosos músicos y actores como Alice Cooper, Farrah Fawcett, Donna Summer, Eartha Kitt, la modelo Gia Carangi, Al Pacino. Pero incluso también era frecuentado por estrellas de los 50 y 60 como Elizabeth Taylor, Zsa Zsa Gabor, Gloria Swanson y Bette Davis.
En esos años, Amanda Lear grabó una canción sobre Studio 54 que ironizaba sobre varios de sus famosos clientes.
El local alcanzó tal éxito que Rubell declaró en 1979 que había ganado 7 millones de dólares en un año, añadiendo que «sólo la mafia» tenía un negocio más rentable que el suyo.
El legado de Studio 54
En sus mejores días Studio 54 tuvo un papel formativo en el crecimiento de la música disco y la cultura de los clubes nocturnos en general, y fue uno de los primeros en borrar la distinción entre vida nocturna homosexual y heterosexual.
La discoteca fue representada en el filme 54, de 1998, protagonizado por Ryan Phillippe y Mike Myers y fue parodiada en el filme del 2002, Austin Powers in Goldmember, curiosamente también protagonizada por Myers, con el nombre de Estudio 69.
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