La historia recordará 2022 como el año en que Tom Cruise logró salvarle el culo a Hollywood. Quien lo dice no somos nosotros, sino nada más y nada menos que Steven Spielberg, el cual aprovechó un reciente reencuentro con su protagonista de Minority Report (2002) para felicitarle por Top Gun: Maverick, la gran bomba cinematográfica de la última primavera, quizá se hubiera asegurado por sí solo un futuro en las salas de cine. Una vez más, Cruise volvió a recordar a millones de espectadores las emociones de la gran pantalla, en una proeza que su coprotagonista Glen Powell llegó a comparar con las épicas victorias de Babe Ruth en el último segundo. Para culminar este jonrón post-pandémico, el Gremio de Productores de América ha honrado al actor con el David O. Selznick Achievement Award, galardón que figura entre los más prestigiosos de la industria. Como su personaje en Maverick, The Cruiser ha conseguido lo imposible... y está ahora gozando de su vuelta de la victoria.
No obstante, el agradecimiento que dio en la gala de los SAG Awards con su discurso pone de manifiesto una vez más que es Tom Cruise quien está verdaderamente agradecido a un Hollywood que, en sus propias palabras, le ha dejado llevar un "estilo de vida aventurero" por décadas ( pensamos que fundamentalmente se refiere a haber desafiado a la Muerte una y otra vez en sus filmaciones, aunque seguramente haya algo más).
“Me gusta ver cómo a la gente le va bien”, aseguró el astro. “Sé que las cosas no ocurren porque sí. Se que no es solo cuestión de suerte: tienes que crear esa suerte. Tienes que traerla hasta la existencia. Quiero que sepáis que siempre contaréis con mi apoyo. Todos vosotros contáis con mi apoyo”.
Algunos de los anteriores galardonados con el Premio David O. Selznick son titanes como Richard D. Zanuck, Clint Eastwood, Gale Anne Hurd, Billy Wilder, Barbara Broccoli... y el mismo Spielberg, para quien Cruise dedicó unas palabras especiales: "He pasado muchas horas en su casa, hablando de películas sentado alrededor de su mesa. Fue en su mesa donde conocí a Brian De Palma". Por lo visto, aquel reencuentro provocó que se pasara una noche entera contemplando la obra del director: a la mañana siguiente, De Palma recibió una llamada para dirigir Misión: Imposible (1996).
El director terminó su discurso afirmando que estaba "ansioso por ver lo que eres capaz de crear en el futuro". Y agregó: "Seguiré haciendo todo lo que pueda para contribuir y ayudar a esta industria y a esta forma de arte que amo". Calma, Tom. Es mutuo.
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