El eminente doctor Clitterhouse (Edward G. Robinson) llega más lejos que todos sus colegas en su afán por desentrañar el misterio que hace que un hombre se convierta en un delincuente. Propulsor de un particular método y, convencido de que él es el mejor sujeto de experimentación, decide llevar a cabo una extraña prueba que le permita concluir si el hombre cae en el delito por necesidad o por la sublimación de los sentidos. |