A Consuelo (May Britt) le suceden tantos infortunios en el nombre de la virtud como a una heroína de Sade: su bondad y el engaño de quienes la rodean la incita a confesar un delito que no ha cometido, por el cual es condenada a diez años de trabajos forzados en una colonia penal, a pesar de su ya inútil proclama de inocencia al oír el veredicto del jurado; en el galeón que la lleva a ultramar con otras presas, todas encerradas en la bodega, sufre privaciones y humillaciones, cae enferma de fiebres y es azotada... |