Michel, un entusiasta del jazz, tan sólo necesita un álbum raro para ponerse a escucharlo tranquilamente sentado en el salón de su hogar. Pero el mundo parece tener otros planes para él: su esposa desea hablarle, su hijo aparece de forma repentina, su vecino llama a la puerta e incluso su amante requiere de su atención. Michel, hombre manipulador y mentiroso, está desesperado por obtener algo de paz, pero le harán falta muchas energías para que la mañana no se transforme en una gran pesadilla.
Todo es típico y mil veces probado. Cuando Leconte se anima, su eficacia da brío al caos; cuando sólo se limita a poner la cámara, la farsa queda varada y por debajo de la tensión arterial del protagonista