Sa balay ni Papang

En 1982, un cinéfilo de catorce años de edad de una familia desfavorecida del Municipio de Manapla presencia casualmente el rodaje de la producción Oro, Plata, Mata en su ciudad natal. Lleno de determinación, se acerca al director, Peque Gallaga, con la esperanza de conseguir un trabajo que lo ayude a mantener a su familia y alimente su pasión.