En esta fantasía simbólica, un anciano con alas se desvía de su rumbo durante una tormenta tropical. El Viejo aterriza cerca de una isla caribeña donde una familia pobre le da refugio en un gallinero. El padre Gonzaga es el sacerdote escéptico que se apresura a condenar a la criatura. Pronto, el Viejo se convierte en objeto de curiosidad cuando Elisinda y Pelayo empiezan a cobrar la entrada. Un carnaval ambulante de rarezas humanas acampa cerca del Viejo mientras la gente acude en masa para ver el espectáculo. El Viejo queda reducido a una mascota no deseada y, después de seis años, se repara las alas y se va volando. La desnudez, el sexo simulado con una mujer araña y la fealdad de la explotación humana definitivamente colocan esta fantasía en una categoría no apta para niños.
Leer más >