Lilo y Stitch (2025) • Crítica

¿De qué trata?

Disney continúa su cruzada por revivir sus clásicos animados en formato live-action, y esta vez le ha tocado el turno a Lilo & Stitch, una joya del 2002 que, con apenas 85 minutos, logró tocar fibras emocionales profundas con una historia breve pero poderosa. La nueva versión, dirigida por Dean Fleischer Camp (Marcel the Shell with Shoes On), extiende la duración, introduce cambios estructurales cuestionables y, aunque no alcanza la perfección del original, logra sostenerse gracias a su carga emocional y a un elenco comprometido.

A primera vista, el remake parece caminar por la cuerda floja de la repetición perezosa. Sus primeros minutos replican el inicio de la película animada casi cuadro por cuadro, una decisión que amenaza con hacer sonar las alarmas del “remake innecesario”. Pero al avanzar la trama, surge una chispa que, sin reinventar del todo el material, le da una nueva vida. La comedia física funciona mejor de lo esperado y, sorprendentemente, algunas de las emociones más intensas del original se sienten amplificadas por la presencia real de los actores.

Maia Kealoha como Lilo encarna a una niña caótica, intensa y entrañable, con una energía que iguala la del propio Stitch. Sydney Elizabeth Agudong, como Nani, lleva sobre sus hombros gran parte del peso emocional del film, reflejando con sensibilidad el agotamiento de una joven obligada a madurar demasiado pronto. La relación entre ambas hermanas —ya de por sí el alma del relato original— se torna aún más dolorosamente real en esta versión, especialmente en escenas donde la presión económica, el juicio social y el miedo al abandono golpean con fuerza.

Uno de los mayores aciertos de esta reinterpretación está en cómo aborda el conflicto interno de Stitch. Este no es simplemente un experimento genético destructivo venido del espacio, sino una criatura que, en medio de su caos, busca un lugar donde pertenecer. En una escena particularmente conmovedora, se encierra por voluntad propia en una jaula, convencido de que ese es su lugar: una metáfora clara de lo que se siente cuando uno duda de su derecho a ser amado.

Sin embargo, no todo funciona con la misma eficacia. Algunos cambios parecen arbitrarios y contraproducentes. Por ejemplo, la división del personaje de Cobra Bubbles en dos figuras distintas (la trabajadora social Mrs. Keokoa y el agente del C.I.A.) diluye la fuerza de un personaje que, en la versión animada, era memorable precisamente por su inesperada dualidad. El humor de los personajes secundarios, como Pleakley y Jumba, logra equilibrar la balanza, aunque también corre el riesgo de saturar ciertos momentos.

Personajes

Dirección

Dean Fleischer-Camp consigue mantener la esencia emocional de la historia original, profundizando en la relación entre las hermanas Lilo y Nani y abordando temas como el duelo y la pertenencia con una sensibilidad notable. Sin embargo la adaptación carece de una cierta falta de originalidad y enfrenta ciertas dificultades a la hora de adaptar ciertos elementos visuales y narrativos al formato de acción real.

¿Merece la pena verla?

En definitiva, esta nueva Lilo & Stitch cumple con su rol de homenaje y nostalgia, pero lo hace caminando por una delgada línea entre lo emotivo y lo superfluo. No es una mala película —lejos de las peores adaptaciones live-action de Disney—, pero sí deja claro que muchas veces lo más valioso que puede hacer un estudio es reconocer cuándo ya había alcanzado la perfección.

Como dice una de sus frases más icónicas: “Ohana significa familia, y familia significa que nadie se queda atrás ni se olvida.” En esta versión, esa familia se extiende también al público que, a pesar de todo, sigue buscando en Disney una razón para creer en la magia de siempre.

¿Dónde se rodó?

La película se rodó principalmente en la isla de Oahu, Hawái, aprovechando sus paisajes tropicales para recrear el entorno original de la historia. Entre las localizaciones destacadas se encuentran Haleiwa, una pintoresca localidad costera; la carretera Kalanianaole Highway, que ofrece vistas panorámicas del océano; y la playa de Waikiki, conocida por su arena dorada y aguas cristalinas.

Además, se filmaron escenas en Makana Beach, un lugar menos concurrido que refleja el estilo de vida hawaiano auténtico. La producción también utilizó el Hawaii Film Studio en Honolulu y áreas como Kaneohe.

El rodaje comenzó en mayo de 2023, enfrentó interrupciones debido a una huelga en julio de ese año, y concluyó en marzo de 2024.

Presupuesto

El presupuesto de la película Lilo & Stitch (2025) ha sido objeto de información contradictoria en diversas fuentes. Algunas estimaciones sitúan el presupuesto en 100 millones de dólares , mientras que otras lo elevan a 150 millones de dólares. Esta diferencia podría deberse a la inclusión o exclusión de ciertos costos, como los gastos de marketing, en las cifras reportadas.

Curiosidades

• Tia Carrere, la voz original de Nani Pelekai en Lilo & Stitch (2002), aparece en esta película como la Sra. Kekoa, un nuevo personaje.
• Chris Sanders, director, guionista y creador de la historia de Lilo & Stitch (2002), retoma su papel de Stitch. Tuvo que compaginar su trabajo de voz con la producción de su exitoso drama animado, Robot salvaje (2024).
• Jason Scott Lee, quien prestó su voz a David Kawena en Lilo & Stitch (2002), hace un cameo en esta nueva versión.

Nota

Lo mejor

La joven Maia Kealoha aporta una energía fresca y genuina al personaje de Lilo, mientras que Agudong profundiza en la complejidad emocional de Nani, mostrando su lucha por equilibrar la vida personal y la responsabilidad de cuidar a su hermana.

La película mantiene el corazón del clásico de 2002. La relación entre Lilo y Stitch, basada en la aceptación y el amor incondicional, sigue siendo el núcleo emocional de la historia.

Lo peor

Los cambios en algunos personajes respecto a la película animada original resultan contraproducentes.