¿De qué trata?
El tiempo se puede restaurar.
"La Restauración" nos sumerge en la vida de Marcia, una joven inglesa de 32 años que reside en Madrid con su hijo, su esposo y su hermano. Trabaja como restauradora de pintura en el Museo Nacional, y su carácter perfeccionista, junto con su determinación por alcanzar sus sueños, la ayudan a enfrentar los desafíos cotidianos. Un día, Marcia toma la decisión de dejar de esperar y emprende la búsqueda de su marido, una travesía que no solo la llevará a explorar los rincones más majestuosos de Madrid, sino también a adentrarse en las profundidades de sus propios recuerdos.

La elección como protagonista de Lana Aubrey, una actriz australiana debutante pese a estar en (o cerca de) la treintena, una absoluta desconocida, puede resultar desconcertante para el espectador desprevenido pero casa muy bien con la evidente intención del director con respecto al personaje que interpreta. A su lado incluso el jovencísimo (11 años) actor Dylan Torrey, quien interpreta en el filme a su hijo, alberga una carrera interpretativa mucho más extensa, lo que hace que este crítico se pregunte si esa supuesta actriz realmente existe o es un alter ego de otra artista que desea permanecer en el anonimato dado que su huella digital en internet es nula (no parece pertenecer a ninguna agencia artística ni aparece ningún tipo de información, siquiera promocional, de ella).

La temática de la película, que podemos englobar dentro del subgénero del thriller psicológico, enraíza muy bien con otra película de culto relativamente reciente, la interesantísima ‘Take Shelter’ (Jeff Nichols, 2011) con escenas que resultan ambiguas al espectador, que en ciertos momentos puede sentir la misma perplejidad que la protagonista al cuestionarse el grado de veracidad de lo que le están contando, o incluso a ‘El club de la lucha’ (David Fincher, 1999). El juego de dobles sentidos que se ven continuamente en el filme resultan de lo más estimulante
Mención aparte merece también haber convertido la necesidad en virtud en esta producción de ajustado presupuesto, con un número de personajes muy limitado, al igual que los escenarios, prácticamente dos, la casa de la protagonista y un Museo del Prado que luce en todo su esplendor gracias a la acertada composición de escenas y la estupenda fotografía de Willy Jáuregui, que pese a haber sido rodada en digital tiene una estética de película de celuloide.

La economía narrativa de la que hace gala el guión se extiende también a unos diálogos bastante parcos, que pese a transcurrir un 80 por ciento del tiempo en idioma inglés (solo los personajes secundarios hablan en español), pueden ser entendidos por cualquier espectador con unos mínimos conocimientos de la lengua de Shakespeare, y en una duración realmente contenida para los estándares actuales, apenas 75 minutos, que evitan que el ritmo pausado y reflexivo del filme no acaben aburriendo al espectador. Personajes

Marcia
Lana Aubrey
Una restauradora que trabaja de modo temporal en el Museo Nacional. Casada, con un hijo y otro en camino.
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Aniello
Ben Temple
Un enigmático personaje que parece seguir los pasos de Marcia.
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Eric
Jack Forsyth-Noble
El hermano pequeño de Marcia. La oveja negra de la familia que aún no ha conseguido encauzar su vida y definir su futuro.
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Agustina
Sonia Almarcha
Una compañera de trabajo en el museo.
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DirecciónResulta interesante el uso por parte del director, el debutante David M. Mateo, de una profundidad de campo muy reducida, particularmente en las escenas subjetivas de los personajes protagonistas, madre e hijo, en las que los personajes de fondo o en segundo plano se ven desenfocados y borrosos, en un efecto bokeh muy similar a los selfies tan de moda hoy en los dispositivos móviles, que contribuye a subrayar el carácter un tanto irreal y subjetivo de los recuerdos que se nos narran en la película, como si todo lo que rodea al personaje de Marcia se fuera difuminando en su memoria.

¿Merece la pena verla?El desconcierto del personaje protagonista es el desconcierto que experimenta el hombre del siglo XXI, solo preocupado por el aquí y ahora pero atemorizado por la certeza de su insignificancia, en contraste con la inmortalidad del arte, cuya trascendencia atraviesa el tiempo. ¿Dónde se rodó?La fotografía principal se realizó en localizaciones de Madrid, incluyendo el Museo del Prado, El Casón del Buen Retiro y la Academia de las Artes de San Fernando. Presupuesto"La Restauración" tuvo un ajustadísimo presupuesto de 45.000 euros, todos ellos procedentes de los ahorros del director y la guionista (que son pareja en la vida real) y un buen amigo de ambos. CuriosidadesPara rodar la película se utilizaron el mismo tipo de lentes que usó Francis Ford Coppola para su magistral 'El Padrino'. El material les fue alquilado a precio de derribo por una empresa especializada con una única condición: la película tenía que ser rodada en agosto de ese mismo año.
El equipo de rodaje incluyó a tan solo 10 personas sin incluir a los actores. NotaNotable
7
La capacidad de la australiana Lana Aubrey para transmitir con su mirada el carácter delicado y vulnerable de Marcia.
La estupenda dirección de fotografía de Willy Jáuregui y la acertada composición de escenas del filme, "pictórica" en los planos generales e irreal en los más subjetivos.
Es un tipo de cine reflexivo que puede resultar difícil de digerir a los acostumbrados al "fast food" de las plataformas de streaming al uso.
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