En el Norte de México, a comienzos del Siglo XX, Reynaldo del Hierro (Eduardo Noriega) es asesinado a balazos por Pascual Velasco cuando cabalga con sus hijos Reynaldo y Martín. En el velorio, la viuda decide inculcar en sus hijos el deseo de venganza. Pasan los años y Martín cobra la muerte de su padre asesinando a Pascual. Este acto es el principio de una serie de asesinatos alrededor de los hermanos del Hierro.
Con el tema musical “Dos palomas a volar” de Jesús Gaytán, Rodríguez y Garibay apuestan incluso por una suerte de western sicológico en el que conviven sin problemas, complejos de Edipo, temores infantiles y un pistolero sicópata que saca a la luz sus instintos asesinos por naturaleza (Julio Alemán). Antonio Aguilar encarna a Reynaldo del Hierro asesino involuntario que vaga con su hermano por el desierto y a quien salva de la horca. De hecho, Aguilar fue capaz de dar diferentes matices a su personaje; el de un hombre pacífico que se trastoca en criminal perseguido por la justicia enamorado de la misma mujer a la que ama su hermano y cuyo final resulta trágico e ineludible. |