ATENCIÓN SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ.
El final de la primera temporada de "It: Bienvenidos a Derry" no solo cierra su historia, sino que refuerza de forma contundente su conexión directa con las películas de Andrés Muschietti. La serie, concebida como una precuela, aprovecha su último episodio para confirmar varias teorías de los fans y ampliar el árbol genealógico del futuro Club de los Perdedores.

A lo largo de la temporada ya se habían revelado vínculos familiares clave, pero el desenlace añade dos revelaciones inesperadas que recontextualizan personajes y sucesos conocidos, dejando claro que todo en Derry está condenado a repetirse.
“El final redefine los lazos familiares del Club de los Perdedores y da una nueva lectura a su enfrentamiento con Pennywise.”

El primer gran giro llega cuando Pennywise revela el destino de Marge Truman, anticipando que se convertirá en Margaret Tozier, la madre de Richie. Esta revelación no solo conecta directamente con las películas, sino que da sentido a un sacrificio previo y explica una coincidencia que hasta ahora parecía casual. El Ente demuestra, además, que conoce su propio final a manos de Richie y sus amigos, aunque su percepción fragmentada del tiempo le impide distinguir con claridad entre pasado, presente y futuro, reforzando su naturaleza caótica y casi trágica.
El segundo gran impacto llega con un salto temporal a 1988 y un cameo que recupera a Beverly Marsh y a la inquietante señora Kersh. La serie revela el destino de Ingrid Kersh, marcada de por vida tras su encuentro con Pennywise y recluida en Juniper Hill, conectando directamente con los eventos de 'It: Capítulo 2'. Además, se incorporan guiños a otros rincones del universo Stephen King, como el futuro de Dick Hallorann, cuyo camino lo lleva inevitablemente al hotel Overlook. Todo ello refuerza la idea de un universo interconectado donde Derry es solo el epicentro del horror.

“Derry no olvida, y el pasado siempre encuentra la forma de regresar.”
Aunque HBO Max aún no ha confirmado una segunda temporada, los propios Muschietti han dejado claro que existen planes para seguir explorando ciclos anteriores de violencia, con una posible ambientación en 1935. |