Cada dos años, una nueva entrega de Fast & Furious llega a la gran pantalla, miles de personas acuden a los cines y algunos nos preguntamos: ¿de qué va todo esto? Ahora esto vuelve a suceder, ya que por fin llega Fast X, la primera película que promete concluir toda la serie en un arco de tres partes. Con tanto alboroto al respecto, este podría ser el momento de ponerse al día sobre esta que es una de las franquicias más exitosas de la historia - no querrás quedarte fuera, y hay sitio para todos dentro del Dodge Charger de 1970 de Dominic Toretto (Vin Diesel).
Deberías empezar por "Fast Five"

"Pero, espera, ¡ni siquiera es la primera!", dirás, y con razón. Fast & Furious es una franquicia en la que el orden cronológico sólo es útil hasta cierto punto, y aquí lo tenemos en cuenta. Además, cada película tiene su propia historia hasta The Fate of the Furious, la octava, por lo que pueden tomarse como capítulos independientes o como parte de un todo. Dicho esto, Fast Five no sólo es la mejor entrada de toda la franquicia, sino también el mejor punto de partida.
¿Por qué "Fast Five" es el punto de partida ideal?
Fast Five no sólo es crucial para el argumento principal de Fast & Furious, sino que también fue el momento en que la franquicia decidió convertirse en el leviatán multimillonario que es hoy. Hasta su estreno, las películas habían girado en torno a las carreras callejeras y la cultura automovilística, por lo que era necesario atraer a un público más amplio.
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