| Para muchos que alcanzaron la mayoría de edad a mediados de la década de 1990, Abercrombie & Fitch era una palabra de moda codiciada. En aquel entonces, la marca de ropa preppy de EE. UU., que comenzó en 1892 y había sido renovada por el enigmático director ejecutivo Mike Jeffries, era el uniforme del chico genial y tuvo un impacto mundial incluso antes de que abrieran sus primeras tiendas fuera de EE. UU. en Canadá en 2005 y Reino Unido en 2007. Pero, como muestra el perspicaz y franco documental de Alison Klayman, Abercrombie ocultaba algunas feas verdades sobre la forma en que trataba a algunos empleados y cómo veía a sus clientes. |
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