Crítica de Train Dreams (2025)
Train Dreams es una película dramática dirigida por Clint Bentley; adaptación de la novela de Denis Johnson. Cuenta la vida de Robert Grainier (Joel Edgerton), un leñador que trabaja en la construcción de ferrocarriles a comienzos del siglo XX en Estados Unidos. La narrativa retrata su lucha con la separación familiar, el aislamiento, el cambio de los tiempos y la tensión entre el hombre y la naturaleza. Tiene momentos de gran belleza emocional, paisajes impresionantes, pero también escenas duras que subrayan la pérdida. Nota: 8 sobre 10
Personajes principales
Robert Grainier (Joel Edgerton) protagonista, esposo y padre, hombre de trabajo y soledad que busca sentido en medio del cambio
Gladys Grainier (Felicity Jones) esposa de Robert, su vínculo más humano y fuente de esperanza
Arn Peeples (William H. Macy) especialista en explosivos, trabajador con supersticiones que aporta humor y profundidad
Claire (Kerry Condon) trabajadora forestal que trae otra perspectiva al entorno natural y al aislamiento de Robert
Otros personajes incluyen amigos, vecinos y colegas de trabajo que representan distintas maneras de afrontar las tragedias y la soledad
Rodaje y producción
La película se filmó principalmente en el estado de Washington, en localidades como Spokane, Metaline Falls y Colville. La producción fue de Black Bear Pictures y Kamala Films, con Netflix como distribuidora. El equipo utilizó una fotografía muy cuidada para capturar la inmensidad de los bosques y la dureza del entorno, sumado a un montaje que permite sentir el paso del tiempo y la transformación del paisaje humano y natural.
Curiosidad destacada
Joel Edgerton no solo actúa sino que es productor ejecutivo, y para meterse en el papel practicó técnicas relacionadas con la vida de leñador, lo que le ayudó a encarnar mejor el carácter de Robert Grainier.
Película relacionada
Se parece a First Cow por su ritmo contemplativo, la atención a los detalles pequeños de la naturaleza, a la vida silvestre y rural, y a The Revenant en la forma en que el paisaje y el aislamiento se convierten en personajes casi tan potentes como los seres humanos.