Jouer Avec le Feu se propone dar la alarma, pretendiendo hacer un retrato incisivo de la sociedad francesa contemporánea, asolada por el auge del fascismo. Pero para hacer un retrato así hay que conocer bien el medio que se describe, y ahí es donde la película de las hermanas Coulin fracasa. La clase obrera se reduce a los tópicos de las copas después del trabajo, el fascismo a las cabezas rapadas y los activistas antifascistas simplemente están ausentes. Esta falta de profundidad condena a la película al artificio, al enfrentamiento con caricaturas en lugar de con una realidad compleja. La idea central -la insidiosa intrusión del fascismo en un hogar familiar- se derrumba por falta de un tratamiento adecuado, sin explorar ni la perversión psicológica ni la desintegración del entramado familiar. |