Inesperada joyita de un género del cine, el de terror, que lleva años estancado por una alarmante falta de creatividad. Un extraño ser puede adquirir la forma humana que quiera hasta conseguir acabar con el que acecha. La única forma de librarte de la muerte es acostarte con otra persona y que ésta consiga sobrevivir. El director, Mitchell, consigue crear un clima de constante amenaza en el solitario pueblo de la historia gracias a los planos abiertos y a las tomas largas, algo a lo que también contribuye el inteligente uso de la banda sonora. También es de agradecer la ausencia de sustos gratuitos, tan del gusto del cine actual del género, así como el aire atemporal que le confieren al relato. Por último es justo destacar la excelente interpretación de Maika Monroe, cuyo personaje es una perfecta mezcla de inocencia y vulnerabilidad pero que al mismo tiempo transmite esa fuerza de ser capaz de valerse por sí misma. El mejor estreno de terror en lo que va de año. |