Un zapatero tiene la habilidad de asumir la vida de los clientes a los que repara los zapatos. Como en otros filmes protagonizados por el estomagante Adam Sandler, éste parte de una premisa original al tiempo que ridícula (el personaje de Sandler usurpa la identidad de sus clientes) para narrarnos una historia que en ningún momento llega a ser lo bastante inteligente como para despertar el interés del espectador. Con todo, lo peor de esta comedia es que carece de gracia en muchos moemntos, salvándola sólo el buen hacer de secundarios como Dustin Hoffman y Steve Buscemi. Floja. |